México tiene gran parte de su fortaleza productiva en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme), que representan 96% del tejido productivo nacional. Con la reducción de la jornada laboral, una de las principales preocupaciones es que no tengan la capacidad de sobrevivir si hoy ya operan al límite.
En el análisis sobre la reducción de la jornada laboral de The Adecco Group Institute México, se establece que una de las principales medidas que se prevé realicen las empresas es el pago de horas extras para mantener la producción actual, lo que representaría un incremento del 36% en costos laborales; estos afectaría en especial a las pymes.
Otra de las medidas que permitirían sortear este cambio, que será una realidad en 2030, sería la adopción de tecnología. Actualmente, dice The Adecco Institute, muchas empresas mexicanas carecen de procesos optimizados y tecnologías que permitan mejorar la productividad por hora trabajada, especialmente las mipymes, las cuales suelen tener recursos limitados.
A nivel institucional, se recomienda el establecimiento de fondos de apoyo para cubrir los costos iniciales de nuevas contrataciones y capacitación, sobre todo para las mipymes, facilitando el acceso a tecnologías de optimización.
Para Filippo Bonani, cofundador de Outhand Consulting, la reducción de la jornada laboral impactará a las pymes principalmente en el aspecto financiero, por la necesidad de contratar más personal, sobre todo en puestos donde sea necesaria la intervención humana, comenta.
El segundo impacto es el cambio y planeación de la operación, es decir, aceptar que ya no se trabajarán 48 horas y será necesario contratar más personal u optimizar procesos puntuales.
“Ya no queremos escuchar frases de colaboradores que dicen: ‘Yo trabajo mucho, más de 10 horas diarias’. Eso no está bien, porque no puedes ser productivo por 10 horas seguidas, es imposible”.
La reducción de la jornada laboral implica cambios, en las que hay incertidumbre en qué tipos de empresas se pueden adaptar con mayor facilidad, si las grandes empresas o las pymes.
En este sentido, las grandes compañías pueden adaptarse más rápido, debido a que su estructura organizacional es más sólida y tienen más alcance en el uso de la tecnología; sin embargo, las pymes no se quedan atrás.
Filippo Bonani explica que no se debe subestimar a las pymes, porque tienen la ventaja de ser más flexibles y poder hacer cambios en su operación con mayor facilidad, pero para lograrlo, los empresarios tienen que ver la reducción de la jornada laboral como un beneficio, no un castigo.
La reducción de la jornada laboral se hará en forma gradual y tenemos cuatro años y medio para que sea una realidad. Es tiempo suficiente para que las pymes planeen los cambios en sus operaciones”.
Luis Peña, Socio del área de People Advisory Services en EY México, coincide en que las micro, pequeñas y medianas empresas, debido a su tamaño, pueden tener la flexibilidad para adaptarse más rápido a los cambios, aunque hay que entender que depende de muchos factores particulares.
“Dado su tamaño se pueden mover más fácil, adaptar más rápido, aunque, es importante entender también el contexto, pues las empresas en México son muy diversas”, refiere.
Luis Peña agrega que el tema de las micro, pequeñas y medianas empresas es complejo porque el concepto que se tiene sobre quiénes lo son es muy diverso.
No obstante, de manera general, establece que es muy probable que tengan las mejores respuestas para adaptarse a este proceso que viene, y los que están pasando. “Es muy probable que ya tengan implementadas acciones, y también que son más flexibles”.
La resistencia al cambio atrasa la planeación y si las pymes no quieren tener contratiempos ante la reducción de la jornada laboral, se debe descartar la idea de que, entre más horas de trabajo, mayor será la productividad.
Asimismo, para priorizar la productividad en vez del tiempo, se debe identificar los tiempos muertos, como las juntas innecesarias, excesivamente largas y que comienzan tarde, las cuales se podrían resolver por medio de un correo electrónico.
Por otra parte, Filippo Bonani añade que los empresarios deben ver esta iniciativa y prepararse desde antes para ser más competitivas y atractivas para el mercado laboral.
“Se está incentivando a que las pymes piensen de una manera diferente, donde deben empezar a enfocarse seriamente en la medición de desempeño de los colaboradores, no medir las horas que están trabajando”.
En un diálogo sobre la reforma de la jornada laboral de las 40 horas, Roselena García Hidalgo, tesorera de la Confederación de las Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servitur), aseguró que las mipymes requieren apoyo para enfrentar la reforma, por lo que propuso una legislación diferenciada a la de grandes contribuyentes.
Entre los incentivos que propone para las pymes están los fiscales, para que se puedan apoyar sin subir sus precios, por ejemplo, la disminución de los impuestos en seguridad social.
Otros participantes del foro hicieron hincapié en que deberán existir puntos de encuentro con medidas reales, eficaces y solidarias para ayudar a estas empresas en la transición.
Con información de El Economista.