La tenista polaca Iga Swiatek arrasó en dos sets (6-0 y 6-0) una dispareja Final a Amanda Anisimova para conquistar su primer título de Wimbledon, sexto Grand Slam de su carrera, en la que nunca ha perdido el duelo por la corona.
Swiatek, que nunca había avanzado más allá de los Cuartos de Final en el All England Club en sus cinco participaciones anteriores, pasó por encima de Anisimova en su sexta Final de Grand Slam. Suma este título a los cuatro de Roland Garros y uno del Abierto de Estados Unidos en 2022.
Swiatek ya tiene la colección de superficies. A la mejor jugadora en tierra batida de la década, ganadora de cuatro Roland Garros, se le exigía dominar también la hierba y por fin lo consiguió. En su año quizás más inestable, Swiatek arrolló a Anisimova en 57 minutos y se proclamó campeona de Wimbledon.
La polaca no pudo elegir un día mejor para conseguir su victoria número 100 en Grand Slam -siendo la más rápida en lograrlo desde Serena Williams en 2004-, y lo hizo con una paliza espectacular.
Swiatek fue la primera jugadora desde Martina Navratilova, presente en la grada, por cierto, en 1983 en comenzar una final de Wimbledon con un 'rosco' (6-0), su signo de identidad y un logro mucho más fácil de conseguir en cualquier otra superficie que no sea la hierba.
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Pero entre los errores no forzados (14 en el primer parcial y otros 14 en el segundo), los nervios de la estadounidense, lógicos al tratarse de su primera gran Final, y la efectividad de Swiatek, a la que solo le hacía falta mover de lado a lado a Anisimova para acabar saboreando el punto, la final duró un suspiro y fue de las más rápidas de la historia.
Lo cierto es que el partido tomó tintes de crueldad, porque Anisimova no estaba preparada para enfrentarse a algo así y en varios momentos del encuentro amenazó con echarse a llorar, sobrepasada por la paliza que se estaba llevando y que presenciaban 15 mil personas en la pista y millones por televisión.
Simplemente no podía. Swiatek era mejor y a ella no le dejaba la tensión desplegar su mejor tenis, ese que le llevó con 19 años a unas semifinales de Roland Garros y a esta Final de Wimbledon tras estar ocho meses parada por problemas de salud mental.
La polaca se convierte en la tercera tenista en la historia en ganar sus seis primeras finales de Grand Slam, tras Margaret Court y Monica Seles.
La derrota es la más abultada en un Grand Slam desde que Steffi Graff sonrojó a Natasha Zvereva en poco más de media hora en Roland Garros 1988 y el primer doble 'rosco' en Wimbledon desde 1911, cuando Dorothea Douglas batió a Dora Boothby. En la Era Abierta, desde 1968, la derrota más dura la sufrió Evonne Goolagong contra Billie Jean King por 6-0 y 6-1.
Con información de Latinus