
Las colonias El Roblito, Insurgentes y Francisco I. Madero tienen en común que los padres de muchos niños y jóvenes trabajan en labores del campo, por lo que muchos estaban solos en el episodio de violencia que se vivió el miércoles cuando se enfrentaron civiles armados en Escuinapa, Sinaloa.
Mientras sus padres intentaban salir de sus trabajos al darse cuenta del enfrentamiento entre civiles armados, ellos buscaban protegerse.
A dos días de los hechos, la calle les da miedo, expresa Elizabeth. No quieren salir, pues piensan que este episodio de violencia se puede repetir.
“Estaba dormida cuando escuché ‘tra tra tra’, me levanté y levanté a mi hermano, pasaban disparando por la casa y pensaba que me iban a dar”, expresó.
Eran poco después de las 7:00 horas, su mamá labora en un empaque agrícola, tiene que salir de casa a las 6:00 horas.
Ella de 11 años y su hermano de 14, solo caminan media cuadra para llegar a casa de su abuelita, donde pasan el día.
En ese rato del siniestro, ella y su hermano se quedaron sobre una litera, escuchando sonidos de vehículos, de personas correr, de balas que zumbaban. Miedo sí tenía, reconoce.
“De pronto me agarraba la tembladera porque sí se escuchaba feo… No quiero salir a la calle, tengo miedo de que vuelvan a venir”, señaló.
Como todos los adultos de la zona, la jovencita ya sentía normal escuchar bombas o balazos a lo lejos, en ningún momento pensó que eso podría ocurrir a 25 metros de su casa.
“No pensé que fueran a llegar, todo empezó a las 7:00 y terminó a las 8:53, salí como a las 9:00 para venir con mi abuela”.
Ni por curiosidad se asomó a la calle, tenía miedo, ese que aún la sigue al salir de casa. No quisiera volver a pasar por ese momento, pero hoy sabe que ya las balas que se escuchaban a lo lejos también están cerca de casa.
Cinco personas fallecidas y al menos cinco vehículos quemados dejó el enfrentamiento entre civiles armados registrado la mañana del pasado miércoles 17 de diciembre en distintos puntos del municipio de Escuinapa, Sinaloa, de acuerdo con información preliminar proporcionada por fuentes de seguridad.
Además de las víctimas mortales, se reportó el ingreso a hospitales de al menos seis personas con heridas producidas por disparos de arma de fuego, derivadas de estos hechos.
De forma simultánea, la circulación en la autopista Mazatlán–Tepic fue interrumpida durante varias horas debido a bloqueos con vehículos incendiados. A la altura del kilómetro 182 fueron localizados dos tractocamiones con caja en llamas, mientras que una tercera unidad de carga fue siniestrada en el kilómetro 183.
Autoridades trabajaban en la zona para el retiro de las unidades dañadas y la rehabilitación de la circulación vehicular.
Tras los reportes de inseguridad, se desplegó un operativo interinstitucional con la participación de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Guardia Nacional y Policía Estatal Preventiva. Asimismo, se instaló un punto de vigilancia frente al Hospital IMSS Bienestar.
El pasado 6 de mayo Alexa y Leidy, niñas de 7 y 11 años, fueron asesinadas en Badiraguato, Sinaloa. Los primeros reportes indicaron que ocurrió durante un presunto enfrentamiento entre civiles armados y fuerzas de seguridad; sin embargo, familiares acusan que fue un ataque directo de parte del Ejército al confundir el vehículo en el que viajaban.
Este no es el único caso registrado. Desde el inicio de la ola de violencia en Sinaloa han sido asesinados al menos 39 menores.
Mientras que, a nivel nacional, según los datos publicados el 17 de abril de 2025 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a marzo de este año se han registrado 570 homicidios de niñas, niños y adolescentes en todo el país, siendo Guanajuato; con 77 casos, la entidad con mayor cantidad de víctimas de este delito, seguido de Michoacán con 65 casos, Oaxaca con 48 y Jalisco con 45.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, establece que tienen derecho a que se les preserve la vida, a la supervivencia y al desarrollo, además, las autoridades deben llevar a cabo las acciones necesarias para garantizar el desarrollo y prevenir cualquier conducta que atente contra su supervivencia, así como investigar y sancionar efectivamente los actos de privación de la vida, sin embargo, esto no se ha cumplido.
Con información de: Animal político.