Vivimos en una era donde todos, queramos o no, estamos dejando una huella. Ya sea a través de nuestras redes sociales, nuestras interacciones diarias o nuestras decisiones profesionales, estamos construyendo una marca personal. Pero ¿qué pasa cuando esa marca no está alineada con lo que realmente somos? ¿Y qué ocurre cuando se convierte solo en un escaparate bonito sin alma ni propósito?
Hoy más que nunca, construir una marca personal con propósito es un acto de conciencia, de responsabilidad y de autenticidad. Es dejar de pensar en la imagen como algo superficial y comenzar a verla como una extensión viva de nuestros valores, talentos y visión.
¿Qué es una marca personal con propósito?
No es solo un logo bonito, un feed estético o un eslogan bien pensado. Una marca personal con propósito es la manifestación coherente de quién eres, lo que crees, y cómo decides impactar al mundo.
Es cuando tu voz tiene una intención.
Es cuando tus acciones hablan más fuerte que tu estética.
Es cuando lo que compartes refleja lo que practicas.
¿Por qué importa tanto hoy?
Porque el mundo ya no necesita más ruido, necesita autenticidad.
Las personas no conectan con perfección, conectan con verdad.
Y en un universo digital donde todos parecen tener algo que decir, los que realmente trascienden son los que tienen algo que aportar.
Una marca personal con propósito:
Inspira.
Genera confianza.
Atrae oportunidades alineadas con tu esencia.
Te convierte en referente, no por lo que aparentas, sino por lo que representas.
¿Cómo construirla?
Conócete profundamente. Antes de pensar en colores o slogans, pregúntate: ¿Qué me mueve? ¿Qué quiero transformar? ¿Qué valores no estoy dispuesta a negociar?
Define tu mensaje clave. ¿Qué quieres que la gente recuerde de ti? ¿Cuál es esa idea central que quieres que quede clara cada vez que alguien interactúe contigo?
Sé coherente. Tus redes, tus palabras, tus acciones y hasta tus silencios deben alinearse. Porque si no hay congruencia, no hay confianza.
Agrega valor. Comparte lo que sabes, lo que has vivido, lo que puede ayudar a otros. Tu historia, tu experiencia y tu perspectiva única son tu mayor activo.
Actúa con intención. Publica, habla y crea con un "para qué" claro. Cuando trabajas desde el propósito, cada paso construye algo más grande que tú.
Cierra la brecha entre imagen y esencia
No se trata de mostrar una versión idealizada de ti misma, sino de reflejar tu verdad con valentía. Porque una marca personal con propósito no se construye para gustar, sino para dejar huella. Para inspirar desde lo que realmente eres, no desde lo que crees que “vende más”.
Porque al final del día, lo que más conecta, es lo que más se siente verdadero.
Y cuando eres tú, con propósito, nadie puede competir contigo.
Por Erika Rosas
erikaedithrosas@gmail.com