Analistas privados mantuvieron en 0.2 por ciento su proyección de crecimiento de la economía mexicana para 2025, aunque hicieron un ligero ajuste a la baja para 2026, según la más reciente Encuesta de Expectativas de Citi México.
De acuerdo con el reporte difundido en la previa, ahora entre 37 grupos de análisis de diferentes bancos, casas de bolsas y otros ‘traders’ y ‘brokers’, el mayor pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México al finalizar es de 0.7 por ciento, previsto por Barclays.
Mientras que Masari Casa de Bolsa y Scotiabank México han contrastado con un retroceso de -0.5 por ciento, lejos del rango estimado por el Gobierno mexicano de 1.5 y 2.3 %.
Para 2026, los analistas privados redujeron su perspectiva de la economía mexicana de 1.3 por ciento a 1.2 % hace una quincena.
El informe también detalló que los participantes en la encuesta esperan un recorte de 25 puntos base en la tasa de interés de referencia del Banco de México (Banxico) en su próxima reunión de agosto.
La mediana de estimaciones para la tasa de interés al cierre de 2025 se mantiene en 7.5 por ciento por cuarta semana consecutiva.
En tanto, la encuesta de Citi mantuvo las expectativas para la inflación general para 2025 hasta una perspectiva de 4 por ciento, en tanto, para la inflación subyacente, que excluye productos de alta volatilidad como los energéticos, los analistas esperaron se eleve de 4 a un 4.03 %, por encima de la tasa objetivo de 3 por ciento del Banxico.
“La expectativa mediana para el promedio anual de la tasa de inflación en 2027-2031 se mantuvo sin cambios respecto de la última encuesta en 3.7 por ciento”, añade el documento.
El consenso de la encuesta espera que la paridad del peso mexicano frente al dólar estadounidense se posicione en 19,85 unidades al finalizar 2025, mientras que para 2026 auguró que el tipo de cambio se ubique en 20,3 pesos por dólar, unos 20 centavos menos que lo previsto en su edición pasada.
Tomado de López-Dóriga Digital
Con información de EFE
Hay una reflexión y análisis que, se hace sobre un audio que circula entre grupos de jubilados y derechohabientes de Pensiones Civiles del Estado.
Según destaca en este análisis, el audio señala que los retiros del fondo propio de Pensiones Civiles del Estado, ponen en riesgo la sobrevivencia de esa institución.
La reflexión sobre ese audio que circula entre jubilados y pensionados del magisterio, un grupo con influencia que, dicen, logró poner a uno de los suyos en la actual dirigencia de la Sección 42, lo que les salió peor, es tan oportuno que merece ser difundido y la reproducción íntegra del mismo, que a continuación se presenta, con los créditos a quien corresponda:
Opinión: El miedo como estrategia: el fondo propio y la amenaza que no existe
En los últimos días ha comenzado a circular un audio anónimo en grupos de jubilados y derechohabientes de Pensiones Civiles del Estado de Chihuahua (PCE). Aunque su autor no se identifica, su contenido reproduce de forma casi literal la narrativa promovida por algunos actores sindicales que hoy ocupan posiciones de poder. El mensaje busca generar temor entre quienes han decidido ejercer su derecho a recuperar el llamado “fondo propio”, insinuando que esta acción podría provocar el colapso del sistema.
En el audio se afirma que retirar el fondo propio “pone en riesgo Pensiones” y que, de continuar por ese camino, “se perderán todos los beneficios” que supuestamente se disfrutan como jubilados. Quien lo dice no se presenta como parte del comité, pero habla como si lo fuera. Quizá lo hace desde la ignorancia, repitiendo lo que ha escuchado; quizá desde la intención de confundir y asustar.
Lo cierto es que la estrategia es clara: convertir un acto de defensa legal en un supuesto acto de traición colectiva. Culpar a quienes exigen cuentas, mientras se protege a quienes llevan años sin rendirlas.
¿Quién sostiene Pensiones?
Una de las afirmaciones más preocupantes de este discurso es que Pensiones se sostiene gracias a los descuentos del fondo propio realizados a unos tres mil jubilados, es decir, a quienes se retiraron a partir de 2014. Este argumento es completamente insostenible si se considera que PCE cuenta con más de 95,000 afiliados entre activos y jubilados.
Si tres mil personas son las que sostienen todo, entonces el sistema ya está quebrado. No por culpa de los jubilados que exigen lo suyo, sino por quienes han permitido que más de 50 instituciones deudoras no paguen lo que deben. Ahí está el verdadero problema, y ahí debería estar también la indignación.
La legalidad del retiro
No es nuevo ni ilegal el retiro del fondo propio. Varios juicios se han ganado ya en tribunales por su carácter inconstitucional: se trata de un descuento unilateral, sin consulta y aplicado de forma desigual. Ante estos hechos, el abogado Lic. Mena —a quien falsamente se le ha vinculado con estas demandas— emitió un comunicado oficial en el que se deslinda de cualquier participación. Señaló que ni él ni su despacho tienen relación alguna con grupos como COSIGEN, y que su única acción jurídica ha sido contra la omisión legislativa del fondo de vivienda.
La desinformación, sin embargo, ha sido útil para ciertos sectores que buscan desviar la conversación. En lugar de hablar de auditorías, de recuperación de adeudos o de transparencia financiera, se opta por atacar al jubilado que ejerce su derecho.
El miedo como método
El mensaje anónimo no es un caso aislado. En los mismos días, en el grupo “2-DERECHOHABIENTES”, una participante llamada Lucy Robles sugirió “frenar a tiempo” las ideas que alientan a los jubilados a actuar, acusando a sus promotores de ser “redentores obsoletos”. La lógica es simple: quien cuestiona, quien propone, quien se defiende, representa una amenaza al orden de quienes se sienten cómodos en el poder.
Se pretende convencer a los jubilados de que pedir lo justo es desestabilizar; que exigir transparencia es egoísta; que actuar por cuenta propia es traicionar al colectivo. Pero nunca se habla de los millones que no se han cobrado a los entes deudores, de las decisiones negligentes que nos llevaron al deterioro actual, ni del silencio cómplice de los comités pasados y presentes.
Reflexión final
Cada quien debe tomar su decisión. Nadie está obligado a retirar el fondo propio, pero tampoco debe sentirse culpable quien lo haga. La defensa del patrimonio individual es legítima, sobre todo cuando el sistema que debía protegernos ha fallado una y otra vez.
Si yo estuviera en esa situación, sí elegiría recuperar mi dinero. La vida es corta. No estamos para despreciar recursos que legítimamente nos pertenecen. Lo que no haría es quedarme callado ante el miedo disfrazado de consejo, ni permitir que el discurso oficial me convenza de resignarme.
El problema de Pensiones no es quien se defiende.
El problema de Pensiones es quien calla, solapa y desvía.
POR PCE POR NUESTRA SALUD