Expresidentes del Instituto Nacional Electoral y el Instituto Federal Electoral (IFE) lanzaron una defensa de la representación proporcional, ante la discusión de una reforma electoral que abrió la titular del Ejecutivo, algo que impulsó la misma “izquierda democrática” en 1988.
“La izquierda democrática planteó que el porcentaje de votos se tradujera exactamente en el porcentaje de escaños, debía existir una representación proporcional a las adiciones logradas en las urnas… ¿La reformará la presidenta?”, cuestionó José Woldenberg, expresidente del IFE, mediante un escrito leído por María Marván, en conferencia.
Recordó que las últimas reformas electorales han surgido del consenso de todas las fuerzas políticas representadas en el Legislativo, un antecedente que debería ser “honrado por el actual gobierno”.
Lorenzo Córdova, expresidente del INE, tuvo un guiño con un morenista. “Si el problema es que las listas de los plurinominales son decididas por las dirigencias, por qué no le hacemos a esta idea que nos planteó Ricardo Monreal, por qué no mantenemos la representación proporcional con las listas abiertas”.
Destacó la importancia de que se garantice la equidad en la contienda, y es a través de mantener financiamiento público a los partidos.
El académico recordó que la disminución de presupuesto a los partidos no es una idea de Morena, pues dijo que el primero en agarrar esa idea fue César Nava, presidente del PAN, cuando la administración de Felipe Calderón, y después lo hizo Enrique Ochoa, presidente del PRI, en el gobierno de Enrique Peña, y después Mario Delgado, presidente de Morena en el sexenio pasado; “no es casualidad” que el partido en el gobierno quiera impulsarlo.
Leonardo Valdés Zurita, expresidente del IFE, resaltó que las cifras del Diario Oficial de la Federación dan cuenta de que lo oneroso de la democracia en México sólo es un discurso. Destacó que sólo el gasto del Poder Legislativo, entre diputados y senadores, represente 0.16% del presupuesto de la Federación.
Si a eso se sumaran los gastos del INE y el Tribunal Electoral, el costo apenas sería 3.88% del presupuesto anual. “Perdón, pero decir que hay que cambiar las instituciones de la democracia porque son caras es una gran mentira”. Dijo que la reforma sólo implicará un retroceso, y se conduce hacia un “régimen autocrático que se disfrace de democracia”.
María Marván afirmó que si bien no hay reglas perfectas, sí hay errores perfectos y un “error perfecto es la imposición”.
Con información de El Financiero