La Tierra presenciará uno de los fenómenos astronómicos en agosto de 2027: según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), se trata del eclipse solar más duradero del siglo.
Un eclipse solar, según National Geographic, se produce cuando el Sol, la Luna y la Tierra (en ese orden) se alinean total o parcialmente, y esta posición proyecta sobre nuestro planeta una sombra que bloquea la luz solar en algunas zonas.
Cuando se suscitan este tipo de fenómenos astronómicos, personas expertas en los ámbitos de la física y el espacio aprovechan para observar los efectos de estos eventos en la atmósfera de la tierra y también su impacto en la Tierra.
Según indica la NASA, los eclipses tienen la capacidad de generar cambios de temperatura y de provocar cambios de ionización —proceso mediante el cual un átomo o molécula gana o pierde electrones, resultando en la formación de iones, mismos que pueden ser cationes (con carga positiva, al perder electrones) o aniones (con carga negativa, al ganar electrones)— que resultan en inconvenientes en las ondas de radio y los sistemas de navegación.
Durante eclipses de este tipo, el Sol permanece oculto detrás de la Luna, posición que resulta en una disminución en la radiación solar y que provoca un enfriamiento de la atmósfera superior del planeta. Además, una menor radiación solar provoca una disminución de la ionización que "puede provocar un descenso temporal de la densidad de electrones en la ionosfera", detalla la NASA.
Lo anterior, en palabras simples, podría alterar la propagación de ondas de radio, especialmente las de alta frecuencia, pues estas dependen de la reflexión ionosférica para lograr la comunicación a larga distancia.
En resumen, el próximo eclipse podría desencadenar anomalías que perturbarían las señales de telecomunicación, los sistemas de comunicación por satélite y de los sistemas de navegación.
Con fecha estimada a suceder el 2 de agosto de 2027, el eclipse comienza desde ya a despertar inquietud entre la comunidad científica, especialmente de quienes se dedican al estudio de los seres vivos.
Se ha dicho que los organismos vivos tienen un reloj biológico sincronizado con los ciclos diurnos y nocturnos, proporcionados por los movimientos de rotación de la Tierra, por lo que la oscuridad que pinte al planeta durante la duración del eclipse podría llevar a algunos animales a reaccionar como si la noche se hubiera anticipado.
La duración de este fenómeno será de aproximadamente 6 minutos y 23 segundos, lo que lo convierte en un fenómeno extraordinario. Desafortunadamente, este espectáculo no será visible en México, ya que su trayectoria está limitada a regiones específicas de Europa, África y Asia.
Sin embargo, podrá disfrutarse de forma virtual a través de transmisiones en vivo en diversas plataformas digitales, que comenzarán a las 01:45 de la madrugada, hora del centro de la Ciudad de México.
Con información de Informador.