• En el Primer Coloquio Divulgación de la Investigación Universitaria. Una mirada desde los proyectos PAPIIT enfatizó que en esta tarea es esencial utilizar las nuevas tecnologías como la IA
El desarrollo tecnológico, cultural, político y social ha avanzado en los últimos siglos y diseminar el conocimiento entre un público amplio representa siempre un enriquecimiento cultural, afirmó la investigadora emérita de la UNAM, Julia Tagüeña Parga.
Ante personas divulgadoras e investigadoras reunidas en el auditorio Jorge Carpizo, de la Coordinación de Humanidades, ofreció la conferencia magistral “Comunicación de las ciencias para la transformación social” en la que detalló:
La diversificación de los medios ha incrementado los intereses iniciales de la ciencia. Divulgar es especialmente importante ante hechos científicos como la pandemia, vacunas, medicina, clones o edición genética, temas que han llegado a los noticieros y generan preocupación entre la ciudadanía.
La experta en física destacó que estamos de acuerdo en que la comunicación de la ciencia es una transformadora social, y los trabajos respaldados por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM son fundamentales para la investigación científica y humanística, generan nuevo saber y productos como publicaciones, patentes y transferencia de tecnología, por lo que debemos preguntarnos ¿cómo hacer que los conozca más la sociedad?
La respuesta, comentó, está en la divulgación que permite presentar de manera clara y sencilla los beneficios que aportan, aprovechando además recursos audiovisuales que hoy en día son populares en las plataformas digitales. Y si es posible, utilizar ejemplos aplicables a la población.
Es esencial elaborar productos incluyentes para públicos diversos, considerando la perspectiva y dimensión de género, por lo que sugirió a las y los investigadores trabajar con las áreas de comunicación social de las entidades a las que pertenecen y, también en este rubro, estar abiertos a la evaluación.
En ese sentido, explicó Tagüeña Parga, se pueden aplicar encuestas de opinión para saber si los lectores o espectadores encuentran la información interesante o útil.
Como opciones para aprender a realizar esta labor, recomendó el libro “Y sin embargo te mueve”, de Sergio de Régules; acercarse a entidades como el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) o la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) que ofrecen diplomados y cursos de posgrado; además de sumarse a entidades como la Red Pop, que recientemente incluyó entre sus capacitaciones una dedicada al aprovechamiento de la inteligencia artificial (IA).
Con amplia experiencia
A decir de Tagüeña Parga, la comunicación de las ciencias es una herramienta de transformación social, por lo que es necesario aprovechar las plataformas de difusión y tener en cuenta las nuevas tecnologías como la IA.
En este campo, precisó la investigadora del Instituto de Energías Renovables, la Universidad Nacional tiene una gran tradición gracias a la labor en entidades como la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, la FFyL o el CEIICH.
Durante los trabajos del Primer Coloquio Divulgación de la Investigación Universitaria. Una mirada desde los proyectos PAPIIT manifestó que la investigación y la divulgación son actividades complementarias, por lo que no hay un perfil único para su realización.
Los resultados de los planes respaldados por el Programa pueden ser compartidos con la sociedad, aprovechando la capacidad de la Universidad.
Y recordó: En 1967, cuando el físico Luis Estrada regresó a México, fue nombrado responsable del Boletín de la Sociedad Mexicana de Física, por lo que fundó la revista Física, que posteriormente se transformó en Naturaleza; y creó el departamento de Ciencias en la Dirección General de Difusión Cultural.
Tagüeña Parga añadió que en la Universidad Nacional la comunicación de la ciencia inició con el científico en Difusión Cultural; y en el Plan de Desarrollo Institucional de esta casa de estudios (2023-2027) se retoma la visión de que debe existir esta labor.
De ahí que en la Coordinación de la Investigación Científica se creó el Centro Universitario de Comunicación de la Ciencia, que a partir de 1997 se constituyó en la Dirección General de Comunicación de la Ciencia, refirió la también investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores.