Hablando de Premios Nobel, el año 1905 fue sorprendentemente similar a 2025: un presidente estadounidense, Theodore Roosevelt, negoció la paz entre dos naciones, Japón y Rusia, y el Premio Nobel de la Paz fue para una mujer, Bertha von Suttner, quien no sólo fue la primera en recibir la distinción, también quien la inspiró.
En 1875 la entonces llamada Bertha Sophia Felicita condesa de Kinsky von Chinic y Tettau respondió a un anuncio de Alfred Nobel en París, quien buscaba a alguien que le ayudara a organizar su trabajo y la administración de su casa.
"Nobel era multimillonario gracias al descubrimiento y fabricación de la dinamita, pero también era un humanitario que promovía numerosas causas nobles", señala el sitio TriColleges Libraries, el archivo donde están digitalizados los documentos de Bertha Von Suttner.
Ella, por su parte, había recibido una excelente educación, hablaba varios idiomas, tocaba el piano estupendamente y cantaba. Así que Nobel le dio el trabajo, mismo que ella tuvo que abandonar menos de dos semanas después porque estaba enamorada.
A pesar de su alta cuna, cuando alcanzó los 30 años, la condesa de Kinsky decidó trabajar, y en 1873, "el barón Karl von Suttner la contrató como institutriz de sus cuatro hijas. Allí conoció al hijo del barón, Arthur Gundaccar. Se enamoraron y quisiron casarse, pero ambas familias se opusieron y Bertha se vio obligada a buscar otro trabajo", lo que la llevó a responder al anuncio de Nobel.
Bertha y Arthur se casaron en secreto en 1876. Juntos leían sobre ciencia y filosofía y escribieron seis novelas y varios artículos. Eventualmente la familia de él los perdonó; pero, aunque se fueron a vivir al castillo von Suttner en Viena, Bertha siguió trabajando.
En 1887 Bertha conoció la Asociación Internacional de Paz y Arbitraje, que estaba basada en Londres y tenía el objetivo de establecer un tribunal internacional de arbitraje. "Bertha se unió rápidamente a la Asociación y se convirtió en su principal portavoz", señala TriColleges Libraries. Después fundó la Sociedad Austriaca por la Pazy colaboró en la creación de una equivalente en Alemania.
De acuerdo con la información del Premio Nobel, "en los congresos por la paz, dominados por hombres, destacó como una líder liberal y enérgica. A principios del nuevo siglo, se la conocía como la 'generalísima del movimiento por la paz'”.
Sin embargo, la misma fuente, aunque señala que la motivación para premiarla fue "por su audacia al oponerse a los horrores de la guerra” y la reconoce como "generalísima del movimiento por la paz”, la describe primero como "autora" y destaca que "escribió uno de los libros más influyentes del siglo XIX, la novela antibélica 'Depongan las armas'".
Quizá fue su habilidad para escribir la que consiguió que su legado pacifista fuera mucho más allá de 1905.
A pesar del poco tiempo que la baronesa Bertha von Suttner trabajó para Alfred Nobel, siguió siendo su amiga, mantuvo correspondencia con él y lo visitó a lo largo de los años.
Por el análisis de la correspondencia, TriColleges Libraries afirma que fue ella quien "instó" a Nobel "a apoyar los objetivos del arbitraje internacional estableciendo un premio de la paz. Esto condujo a su fundación de premios anuales por logros en física, química, medicina y fisiología, literatura y por la labor en favor de la paz".
Con mayor cautela, la información del Premio Nobel señala que, si bien "no cabe dudade que la amistad de Von Suttner con Alfred Nobel influyó en el contenido de su testamento" no le da tanta importancia a su influencia, y sólo menciona que "muchos le atribuyen el mérito de haber establecido un premio de la paz".
Sin embargo, sí destaca la frase "infórmeme, convénzame, y luego haré algo grande por el movimiento", que Alfred Nobel le dijo a Bertha von Suttner".
Nobel murió el 10 de diciembre de 1896; su fundación entregó los primeros premios con su nombre en la misma fecha pero de 1901; Bertha von Suttner recibió el Premio Nobel de la Paz en 1905, y falleció el 21 de junio de 1914, una semana antes del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Hasta ahora no se sabe por qué Nobel, que era sueco, decidió que todo los premios los entregara Suecia menos el de la paz, que quedó a cargo de un comité noruego. Se cree que pudo ser porque Noruega, en aquella época, era una nación más pacifista.
Con información de Latinus.