Personas hacinadas en pequeños calabozos de concreto dentro de la estación de Oswego de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, los inmigrantes arrestados dormían de pie o acostados uno sobre otros.
Con hasta 30 personas juntas en una celda de 9 metros cuadrados, la estación se había convertido en el primer centro de detención para 60 trabajadores capturados tras una redada migratoria en una fábrica el mes pasado en la ciudad de Cato, oeste de Nueva York, un ejemplo relevante entre el aumento de arrestos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), al norte del estado de Nueva York.
En su interior, no había camas, ni duchas, ni comidas calientes. En los gobiernos antes del segundo mandato del presidente Donald Trump, los migrantes no se quedaban allí mucho tiempo, por lo general pocas horas. En la actualidad, la realidad es completamente diferente, al menos un migrante estuvo confinado a la estación por una semana, explicó su abogado.
Mientras los migrantes permanecen detenidos y perdiendo el vigor en la estación, sus abogados se topaban con obstáculos burocráticos, mientras que los congresistas ni siquiera pueden entrar en las instalaciones.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza rechazaron decirles a los abogados donde se encontraban los detenidos. La ubicación de sus clientes tampoco aparecía en el localizador en línea de detenidos del ICE. La abogada Jaclyn Kelley-Widmer se dirigió hasta las cárceles del condado y al Centro de Detención Federal de Buffalo para buscarlos, sin saber con certeza que todavía estaban bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza.
Pasaron días antes de que ella y el abogado José Pérez dieran con el paradero de sus clientes. Para ese momento ya habían sido llevados a instalaciones en otros estados.
Lo ocurrido, antes sin precedentes, se está volviendo en algo común en Nueva York. En las oficinas fronterizas y de inmigración de todo el estado, se usan pequeños calabozos y salas de conferencias diseñadas para esperas de corto tiempo para detener a migrantes por varios días, obligándolos a dormir en los pisos de concreto, en banco o sillas en espacios llenos de decenas de personas.
Los defensores describieron las condiciones de hacinamiento, incomodidad y falta de higiene en las instalaciones y aseguran que los inmigrantes frecuentemente no pueden llamar a sus familias no obtener asesoramiento legal mientras están allí. Varios juristas también contaron que no pudieron confirmar con las agencias federales que sus clientes estuviera efectivamente arrestados en esos lugares, a veces durante días.
“Casi nadie sabe qué sucede allí”, expresó César Cuauhtémoc García Hernández, profesor de derecho de la Universidad Estatal de Ohio, especializado en derechos civiles e inmigración. “Prácticamente, las únicas personas que ingresan a las celdas de las estaciones de la Patrulla Fronteriza son trabajadores de la Patrulla Fronteriza o personas detenidas”.
Aunque la cantidad de migrantes que cruzan la frontera norte ha bajado radicalmente este 2025, la Patrulla Fronteriza está confinando cada vez más a migrantes, incluidos menores de edad, por períodos prolongados en sus estaciones de Nueva York, cerca del 40% estuvo más de tres días es junio, de acuerdo con Times Union.
Esto pese a que las propias normas de la agencia recomiendan que, por lo general, se retenga a los migrantes por no más de tres días antes de transferirlos, liberarlos o enviarlos de regresos a su país de origen. A la vez, miles de migrantes arrestados por el ICE han experimentado largas esperas en pequeñas celdas en los tribunales de inmigración y oficinas locales en la ciudad de Nueva York, Buffalo, Albany, el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy y Long Island este año, según el medio.
El ICE tiene una política establecida de no detener a inmigrantes en salas de detención temporal por más de 12 horas, pero en el mes de junio la agencia emitió una exención para ampliar la estancia permitida a tres días, “salvo en circunstancias excepcionales”.
En la corte de inmigración del 26 Federal Plaza, más de 600 inmigrantes fueron detenidos por más de tres días en las salas de detención temporal en los primeros meses del año, de acuerdo con los datos de ICE obtenidos por el Proyecto de Datos de Deportación. En dichas salas, abarrotadas, no había camas, duchas, llamadas legales confidenciales y solo se disponían dos comidas ligeras al día, dice una demanda presentada en agosto.
Un hombre de unos 60 años estuvo ahí por más de dos meses, de acuerdo con los datos. Entre tanto, en Buffalo, al menos 180 migrantes fueron arrestados en una sala de detención temporal del ICE en un edificio de oficinas este año. El 40% de ellos estuvieron confinados allí por más de tres días.
ICE aseguró que permitió estancias mucho más largas en las salas para “gestionar el aumento de forma responsable, respetando al mismo tiempo los estándares de detención”, y apuntó que la medida era “legal y necesaria”.
“La exención es una herramienta temporal para garantizar el orden, la continuidad y el cumplimiento durante circunstancias extraordinarias, no un abandono de los estándares”, dijo Jason Koontz, vocero de ICE.
“El ICE opera estas salas de detención y centros de detención en estricta conformidad con sus Estándares Nacionales de Detención (NDS) para garantizar la seguridad, la protección y el trato humano de las personas bajo custodia. Estas instalaciones están diseñadas para el procesamiento, la transferencia y la repatriación a corto plazo, con claras limitaciones y supervisión”.
Las largas esperas en centros que deberían ser temporales se pueden atribuir al incremento nacional de arrestos de ICE en medio de la campaña de deportación de Trump, y a la falta de espacio adecuado para las detenciones subsiguientes, según ICE, abogados de inmigración y académicos.
Koontz describió que el incremento en el volumen de arrestos como el “resultado directo de personas que deciden infringir la ley” y un esfuerzo del ICE por “restaurar la integridad” del sistema de inmigración tras el gobierno del expresidente Joe Biden cuyas políticas desató una crisis migratoria cuando millones de migrantes cruzaron la frontera de Estados Unidos.
Generalmente, los centros de Aduanas y Protección Fronteriza y las salas de detención del ICE estaban destinados a alojar a detenidos para un procesamiento inicial a corto plazo, mientras las agencias determinaban los pasos a seguir: traslado a las instalaciones del ICE, liberación o deportación.
No obstante, la cantidad de detenidos que ha dejado ICE con menos espacio disponible en sus centros de detención de largo plazo, la mayoría de ellos, y los más grandes, se concentran a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos, específicamente en Texas y Louisiana. Nueva York, a diferencia, solo cuenta con uno: el Centro de Detención Federal Buffalo en Batavia.
En la Gran Manzana, el problema es especialmente grave. El centro de Batavia tiene muchos meses llenos o casi al límite de su capacidad. En otros estados, ICE ha contratado empresas penitenciarias privadas y prisiones de condado para alojar a los detenidos, aunque los arrestos en las cárceles del condado de Nueva York también han subido exponencialmente, las cárceles privadas son ilegales en este estado.
Asimismo, Koonz indicó que las políticas de santuario estatales y locales han limitado la capacidad de ICE para contratar servicios de detención con los funcionarios de esas zonas.
Por su parte, los defensores de inmigrantes creen que el aumento de las detenciones extendidas en centros temporales se debe a una “estrategia” federal de sobrepoblar los centros de arresto, incluso con personas que pueden tener casos abiertos o calificar para audiencias, para “intimidarlas y obligarlas a renunciar a sus derechos”.
“Incluso si las personas no son deportables (inmediatamente), las someten a condiciones tan duras que esperan que simplemente decidan irse”, señaló Jessica Maxwell, directora ejecutiva del Centro de Trabajadores del Centro de Nueva York. “Es una táctica”.
Con información de El Diario NY.