
Los gobiernos de la 4T han destinado, en seis años, 8 mil 362 millones de pesos en pagos a empresas privadas para “protección y monitoreo de ductos”, así como partidas presupuestales para inhabilitar tomas clandestinas. Aun así, reportan el mayor número de derrames de hidrocarburos en la historia de México.
El derrame de petróleo reportado el 22 de octubre, cuando habitantes de Álamo Temapache denunciaron la presencia de grandes cantidades de crudo en los arroyos Citlaltépetl, Cabellal y Xúchitl, al norte de Veracruz, que desembocan en el río Pantepec, se suma a la larga lista de afectaciones en la red de ductos de la petrolera, ya sea por falta de mantenimiento o daños provocados por las tomas clandestinas que llegan a contaminar suelos y cuerpos de agua.
De acuerdo con información del Área de Transporte de Logística de Pemex obtenida por Animal Político vía Plataforma Nacional de Transparencia, la petrolera pagó a 17 empresas privadas 2 mil 381 millones de pesos entre 2019 y 2024 por trabajos de “protección de ductos”, aunque no especifican qué tareas se llevaron a cabo.
Los mayores montos fueron para Grupo Constructores AsfalMáquinas con cuatro contratos por un monto total de 350 millones de pesos; Desarrollo Inmobiliario Mavi con cuatro contratos por un monto de 338.3 millones de pesos; Edificaciones y Terracerías Conetesa con cinco contratos por 290.3 millones; Cemexcon tres contratos por 241.2 millones; y Calzada Construcciones con tres contratos por 218.5 millones de pesos.
Para trabajos de “monitoreo” de ductos, desembolsó otros 250 millones de pesos entre 2018 y 2023. En este caso, tampoco se detallan las tareas contratadas con la empresa Ingeniería e Instalaciones Especiales (IIESA), que recibió dos contratos por 133.5 millones de pesos; Grupo Hidro Tecate SAPI obtuvo uno por 8.9 millones de pesos; GA Energy Services recibió uno por 45.4 millones; OSBOG uno más por 31.5 millones; y Thousand International Companies (TICSA) uno por 30.4 millones de pesos.
El desembolso para el apoyo de estas empresas parece tener poco sentido porque Pemex llevó a cabo una millonaria inversión de 4 mil 522 millones de pesos a partir de 2009 para instaurar el Sistema Scada (Supervisory Control and Data Acquisition) en los sistemas de transporte por ducto, diseñado para el control de supervisión y adquisición de datos que le permitirían automatizar la red y facilitar al personal operativo de la Subdirección de Transporte el monitoreo y control en tiempo real para una operación confiable, continua y completa y mitigar el mercado ilícito de combustibles.
La información del Área de Transporte de Logística de Pemex contabiliza también el costo de la inhabilitación de las tomas clandestinas que el crimen organizado lleva a cabo cotidianamente en ductos de Pemex para extraer de manera ilegal todo tipo de hidrocarburos.
Entre 2010 y marzo de 2025, Pemex estima que reparar los ductos le ha costado 5 mil 731.2 millones de pesos. El número de derrames de todo tipo de hidrocarburos por afectaciones a ductos de Pemex, ya sea por falta de mantenimiento, obsolescencia o daños causados con las tomas clandestinas, aumentó de manera importante a partir del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre 2019 y 2024, según los Informes de Sustentabilidad de Pemex para esos años, el promedio anual de derrames fue de mil 101, equivalente a 3 por día. De ese total, 810 (73.5%) corresponde a derrames de petróleo y derivados en suelo y cuerpos de agua, excluyendo gas. En el sexenio de Peña Nieto, los derrames promediaron 220 por año.
Estas cifras no incorporan el número de derrames que provocan las tomas clandestinas, porque la petrolera los mantiene bajo reserva, aunque en todos sus informes anuales reitera: “Estas estadísticas no incluyen eventos originados por tomas clandestinas; sin embargo, los derrames provocados por este tipo de ilícitos son los eventos más frecuentes que afectan de manera importante las operaciones de la institución”.
En la reparación de ductos por daños provocados durante la perforación para instalar tomas clandestinas, Pemex también ha recurrido a empresas privadas.
Sin embargo, en entrevista concedida en marzo de 2019, el exdirector de Pemex, Carlos Treviño, dijo que existía “la presunción” de que las que prestaban el servicio de reparación de ductos por tomas clandestinas “podrían estar involucradas en las perforaciones para mantener contratos vigentes”.
Desde la creación de Pemex Logística en 2015 y hasta el 31 de enero de 2019, la empresa firmó cuatro contratos con 5 empresas, a las cuales pagó 476 millones 523 mil pesos por reparar los ductos afectados por las tomas clandestinas.
Esas empresas eran: HF Construcciones, Petropipe de México, Construcciones y Servicios Integrales Sigma, Consultoría en Obra y RAM-100 del Sureste.
El funcionario comentó que desde su llegada a Pemex, en 2018, se negó a contratar empresas para estos servicios, “porque se corre el riesgo de crear un mercado que puede disparar más las tomas, como ocurrió con los derrames”.
—¿Estas empresas podrían provocar los derrames para seguir cobrando? —se le preguntó.
—“No tengo pruebas y hay poco margen para demostrarlo, pero desde que la Suprema Corte nos ha dicho que no estamos obligados a pagar por los derrames, el número se ha reducido casi a 0. Hoy, los únicos derrames que se reportan son los que se derivan de tomas clandestinas. Si te fijas, ya no hay derrames en Veracruz o Tabasco, porque ya no pagamos por ello”.
Hasta ahora Pemex, ya con la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, no ha informado si seguirá contratando empresas privadas para “protección y monitoreo de ductos”.
De acuerdo con reportes de Pemex, las posibles causas de los derrames se centran en falta de mantenimiento, que supone desde obsolescencia y limitaciones presupuestales, pero principalmente por la infraestructura de las tomas clandestinas colocadas por el crimen organizado.
En el derrame del río Pantepec, los informes técnicos de Pemex señalan que la falta de mantenimiento y la corrosión provocaron el derrame de petróleo. De acuerdo con los reportes, tras el rompimiento del ducto, el hidrocarburo se vertió durante al menos cinco horas, periodo en el que continuó el bombeo hacia el río, dado que el ducto presentaba un alto nivel de corrosión interna en el tramo Poza Rica-Ídolo. En esa zona existen dos oleoductos, pero el de 30 pulgadas de diámetro, el de mayor capacidad, fue el que colapsó por falta de protección anticorrosiva.
En el Informe Anual 2024, Pemex detalla que se “avanzó en la inspección de 887 kilómetros de ductos, aunque 76 tramos permanecen rezagados, además de que 52 tramos más requieren inspección urgente por condiciones críticas, debido a limitaciones presupuestales”.