EFE.- Un tribunal keniano impuso este miércoles multas equivalentes a más de 6 mil 800 euros (7 mil 700 dólares) o una pena de un año de prisión a cuatro hombres, dos ciudadanos belgas, uno vietnamita y uno keniano, por cargos de tráfico de fauna salvaje, tras haber sido interceptados con miles de hormigas exóticas en Kenia.
"Lornoy (David) y Seppe (Lodewijckx) han sido condenados a pagar una multa de un millón de chelines cada uno, en cuyo defecto cumplirán 12 meses de prisión", señaló la jueza Njeri Thuku, del tribunal del aeropuerto internacional Jomo Kenyatta, en Nairobi, en su sentencia para los dos jóvenes belgas.
En un fallo separado, la magistrada impuso la misma sentencia para el vietnamita Duh Heng Nguyen y el keniano Dennis Nganga, después de que los cuatro acusados se declararan culpables de posesión de las hormigas.
En un caso que ha generado sorpresa e interés en Kenia y fuera del país, los acusados fueron denunciados por el Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS, por sus siglas en inglés).
Según detalla la sentencia, David y Lodewijckx fueron detenidos a principios de abril tras ser encontrados en el condado de Nakuru (oeste), con unas 5 mil hormigas, entre las que había individuos de la especie Messor Cephalotes, conocida como la hormiga recolectora más grande del mundo.
Por su lado, Nguyen y Nganga fueron arrestados en la capital keniana con unas 300 hormigas, también incluyendo la citada especie exótica.
El tribunal cifró el valor del conjunto de animales interceptados en el equivalente a más de 8 mil euros.
En el fallo, David fue descrito como un "entusiasta de las hormigas", animal que tiene en su propia casa en Bélgica. El joven formaba parte además de un grupo de la red social Facebook centrado en las hormigas y su cuidado.
Asimismo, la corte destacó que los dos belgas "no parecen los típicos cazadores furtivos" y que, según ellos mismos admitieron, "ignoraban que estaban infringiendo la ley".
Sin embargo, según detalló el pasado 14 de abril en un comunicado el KWS, los animales fueron encontrados en tubos y jeringuillas especialmente modificados para que pudieran sobrevivir en su interior hasta dos meses y evitar los controles de seguridad del aeropuerto, incluyendo los escáneres de rayos X.
"Se utilizó algodón para garantizar que las hormigas sobrevivieran durante el transporte, lo que indica una operación de tráfico premeditada y bien ejecutada", señaló el organismo, al destacar que los sospechosos "pretendían pasar de contrabando las hormigas a mercados de mascotas exóticas de alto valor en Europa y Asia, donde la demanda por especies poco comunes de insectos es alta".
Según el KWS, "este caso sin precedentes evidencia un cambio en los patrones de tráfico, de mamíferos grandes e icónicos a especies menos conocidas pero cruciales ecológicamente".
Asimismo, la institución destacó que estos hechos no son sólo "un grave crimen de vida salvaje", sino que también constituyen biopiratería, porque "implican el acceso ilegal y el intento de exportación de los recursos genéticos de Kenia sin consentimiento bien informado previo ni reparto de beneficios".
En un comunicado, la ONG defensora de los animales World Animal Protection afirmó que la sentencia "envía un mensaje claro de que Kenia se toma en serio la lucha contra la creciente amenaza de la biopiratería".
"El tráfico de especies menos conocidas, como la hormiga cosechadora africana gigante, socava la biodiversidad, amenaza ecosistemas delicados y priva a las comunidades locales de su patrimonio natural, añadió la ONG.
Con información de Latinus