Está en la cultura popular: cada viernes 13 es un día de mala suerte y se debe tener precaución. ¿De dónde viene esa creencia y cuál es su sustento?
Como toda superstición, su origen no está claro ni se tiene una fecha exacta de cuándo comenzó. Su fuerza parece radicar, sin embargo, en una serie de pensamientos compartidos y arraigados que se transmitieron de generación en generación, lo que crearía un efecto de validación e incluso de canon, pues si muchos creen lo mismo que yo, "debe de ser cierto".
Así, aunque las raíces del viernes como día nefasto y del 13 como número imperfecto parecen muy antiguas, su unión en un sólo concepto funesto ocurrió a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en los Estados Unidos; justo en la época en que ese país emergió como potencia mundial, lo que ayudó a que la creencia se propagara por el mundo.
La mala reputación de los viernes se remonta a la crucifixión y muerte de Jesús, así como a las privaciones de ayuno y penitencia que practicaron los cristianos desde los primeros siglos; un componente religioso que abona al sentimiento de "verdad" y "tradición" en la creencia de la que hablamos.
El número 13, por su parte, es más rico en simbolismo, desde la sensación de desajuste o fastidio que puede causar en la facilidad del sistema duodecimal, utilizado desde mesopotamios y griegos, pasando por romanos y europeos medievales y que pervive en nuestros días en la forma en que contabilizamos las horas del día y los meses del año, incluso en las docenas de huevo u otros productos comercializados todos los días; hasta componentes religiosos como un número que excede los 12 apóstoles de Jesucristo, que marca cuántos invitados hubo en la Última Cena y en qué capítulo del Apocalipsis se nombra al Anticristo y a la Bestia.
Encontrarse día y número en una fecha del calendario y combinar su carácter fatídico parece una consecuencia natural; y curiosas coincidencias han reforzado la superstición:
Como toda creencia popular, la mezcla de religión, historia y pseudociencia acaban por moldear la apariencia su verdad. A este respecto, la numerología ha colocado al 13 como signo de renovación o, mejor dicho, de revolución: un cambio, pero abrupto y, por lo tanto, no siempre terso.
Del mismo modo, en la numerología pitagórica, que descompone los números de varias cifras para llegar a uno solo, el 13 se reduce al 4 (1 + 3 = 4), que es signo de la estructura, en este caso, una nueva, surgida de la revolución que puede causar el 13. En otras palabras, un giro en el destino, una interpretación que casa bien con el giro de la suerte que puede ocurrir en este día.
La mayoría de las personas no tienen por cierta ni la superstición del viernes 13 ni la numerología, pero también en esta creencia hay una coincidencia extraña que termina por potenciarla.
Con información de Informador.mx