Netanyahu tiene dos objetivos bélicos: destruir el programa nuclear iraní y lograr un cambio de régimen. ¿Son alcanzables?

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado que el ataque de Israel a las instalaciones nucleares de Irán podría durar al menos dos semanas.

Su momento parece oportuno por una razón. Las Fuerzas de Defensa de Israel y las agencias de inteligencia del país han diseñado una campaña metódica y gradual.

Inicialmente, las fuerzas israelíes se centraron en decapitar al liderazgo militar y científico iraní y, lo que es igual de importante, en destruir prácticamente todas las defensas aéreas de Irán.

Las aeronaves israelíes no solo pueden operar libremente sobre el espacio aéreo iraní, sino que también pueden reabastecerse y desplegar más fuerzas especiales en puntos clave para permitir el bombardeo de precisión de objetivos y ataques a instalaciones nucleares ocultas o bien protegidas.

En declaraciones públicas desde el inicio de la campaña, Netanyahu ha destacado dos objetivos clave: destruir el programa nuclear iraní y alentar al pueblo iraní a derrocar al régimen clerical.

Con estos dos objetivos en mente, ¿cómo podría terminar el conflicto? Existen varios escenarios generales posibles.

Retorno a las negociaciones

El enviado especial del presidente estadunidense Donald Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, tenía previsto asistir el domingo a una sexta ronda de conversaciones con sus homólogos iraníes para alcanzar un acuerdo que sustituya al acuerdo nuclear con Irán negociado durante la administración Obama en 2015. Trump se retiró de dicho acuerdo durante su primer mandato en 2018, pese al aparente cumplimiento de Irán hasta ese momento.

Indicó que no cree que Irán se tome en serio la idea de un reemplazo.

Por lo tanto, aceptar las negociaciones como resultado de los bombardeos israelíes sería una marcha atrás drástica por parte de Netanyahu. Quiere aprovechar la desautorización de Irán para restablecer sus credenciales de seguridad tras los ataques de Hamás de octubre de 2023.

Aunque Trump sigue presionando a Irán para que acepte un acuerdo, las negociaciones están descartadas por ahora. Trump no podrá persuadir a Netanyahu de que detenga los bombardeos para reiniciar las negociaciones.

Destrucción completa del programa nuclear iraní

Según el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, la instalación se encuentra a aproximadamente 800 metros bajo tierra, bajo una montaña. Probablemente esté fuera del alcance incluso de las bombas de penetración profunda estadunidenses de 900 kilos.

Las entradas y los conductos de ventilación de la instalación podrían cerrarse provocando deslizamientos de tierra. Pero esa sería una solución temporal.

Eliminar Fordow por completo requeriría un ataque de las fuerzas especiales israelíes. Esto es ciertamente posible, dado el éxito de Israel en introducir agentes en Irán hasta la fecha. Sin embargo, persistirían las dudas sobre la magnitud de los daños a las instalaciones y la rapidez con la que se reconstruirían.

Y la destrucción de las centrifugadoras nucleares iraníes, utilizadas para enriquecer uranio y crear una bomba, sería solo un paso en el desmantelamiento de su programa.

Israel también tendría que asegurar o eliminar las reservas iraníes de uranio ya enriquecido al 60% de pureza. Esto es suficiente para hasta diez bombas nucleares si se enriquece al 90% de pureza, apto para armas nucleares.

Pero, ¿sabe la inteligencia israelí dónde se encuentran esas reservas?

Colapso del régimen iraní

El colapso del régimen iraní es ciertamente posible, sobre todo teniendo en cuenta la destitución por parte de Israel de los principales líderes militares iraníes desde que comenzaron los ataques el viernes, incluyendo a los jefes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y las fuerzas armadas iraníes.

Y las manifestaciones contra el régimen a lo largo de los años, la más reciente de las cuales fue la protesta "Mujeres, Vida, Libertad" tras la muerte bajo custodia policial de la joven iraní Mahsa Amini en 2022, han demostrado la impopularidad del régimen.

Dicho esto, el régimen ha superado numerosos desafíos desde que llegó al poder en 1979, incluyendo la guerra con Irak en la década de 1980 y sanciones masivas. Ha desarrollado sistemas de seguridad notablemente eficientes que le han permitido mantenerse en el poder.

Otra incertidumbre en esta etapa es si los ataques israelíes contra objetivos civiles podrían generar un movimiento de "unión en torno a la bandera" entre los iraníes.

Netanyahu afirmó en los últimos días que Israel tenía indicios de que los altos cargos del régimen que aún permanecen estaban haciendo las maletas para huir del país. Pero no ofreció ninguna prueba.

Un partido importante se une a la lucha.

¿Podría Estados Unidos involucrarse en la lucha?

Esto no se puede descartar. El embajador de Irán ante la ONU acusó directamente a Estados Unidos de ayudar a Israel con sus ataques.

Esto es casi seguro, dado el estrecho intercambio de inteligencia entre Estados Unidos e Israel. Además, republicanos de alto rango, como el senador Lindsey Graham, han pedido a Trump que ordene a las fuerzas estadunidenses ayudar a Israel a "terminar el trabajo".

Trump probablemente se mostraría reacio a hacerlo, sobre todo dadas sus críticas a las "guerras eternas" de anteriores administraciones estadunidenses. Pero si Irán o fuerzas proiraníes atacaran una base o un activo militar estadunidense en la región, aumentaría la presión sobre Trump para que tomara represalias.

Otro factor es que Trump probablemente quiera que la guerra termine lo antes posible. Su administración sabrá que cuanto más se prolongue un conflicto, más probable será que surjan factores imprevistos.

¿Podría Rusia involucrarse del lado de Irán?

En este momento, es probablemente improbable. Rusia no intervino en Siria a finales del año pasado para intentar proteger al régimen de Asad, que se está derrumbando. Y Rusia tiene mucho que hacer con la guerra en Ucrania.

Rusia criticó el ataque israelí desde su inicio, pero parece no haber tomado ninguna medida para ayudar a Irán a defenderse.

¿Podrían involucrarse potencias regionales como Arabia Saudita o Emiratos Árabes Unidos?

Aunque cuentan con un arsenal considerable de equipo militar estadunidense, ambos países no tienen interés en verse involucrados en el conflicto. Las monarquías del Golfo Pérsico han iniciado un acercamiento a Irán en los últimos años tras décadas de abierta hostilidad. Nadie querría poner esto en riesgo.

Predomina la incertidumbre.

Desconocemos el alcance del arsenal de misiles y cohetes de Irán. En su respuesta inicial a los ataques israelíes, Irán ha logrado saturar parcialmente el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, causando bajas civiles.

Si continúa haciéndolo, causando más bajas civiles, los israelíes, ya descontentos con Netanyahu por la guerra de Gaza, podrían empezar a cuestionar su acierto al iniciar otro conflicto.

Pero aún estamos lejos de ese punto. Aunque es demasiado pronto para realizar encuestas de opinión fiables, la mayoría de los israelíes casi con certeza aplaude las acciones de Netanyahu hasta el momento para paralizar el programa nuclear iraní. Además, Netanyahu ha amenazado con quemar Teherán si Irán ataca deliberadamente a civiles israelíes.

Podemos estar seguros de que Irán no se llevará ninguna sorpresa. Israel ha debilitado gravemente a sus aliados, Hezbolá y Hamás. Claramente, no están en condiciones de ayudar a Irán mediante ataques de distracción.

La gran pregunta será qué sucederá después de la guerra.

Es casi seguro que Irán se retirará del Tratado de No Proliferación Nuclear y prohibirá más inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica.

Israel probablemente podrá destruir las instalaciones nucleares iraníes, pero la cuestión es cuándo, no si, Irán las reconstruirá.

Esto significa que la probabilidad de que Irán intente conseguir una bomba nuclear para disuadir futuros ataques israelíes será mucho mayor. Y la región permanecerá en una situación precaria.

Con información de proceso.com.mx