CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- A pesar de los discursos sobre una reestructuración profunda de Petróleos Mexicanos (Pemex) y que incluyeron una reforma energética promovida por Claudia Sheinbaum Pardo, las finanzas de la empresa petrolera del Estado siguen mostrando signos de deterioro.
Comparando el primer semestre de 2025 con el mismo periodo de 2024, no sólo creció la deuda financiera total, sino que también se dispararon las obligaciones inmediatas, la deuda con proveedores y el financiamiento de corto plazo.
De acuerdo con el reporte financiero correspondiente al segundo trimestre de 2025, publicado este 28 de julio, el saldo total de la deuda financiera de Pemex aumentó respecto al mismo periodo del año pasado.
Al cierre del primer semestre de 2025, la petrolera arrastró un endeudamiento de 1 billón 866 mil 352 millones de pesos, frente a 1 billón 826 mil 549 millones reportados al cierre de junio de 2024. El aumento fue de 39 mil 803 millones de pesos, es decir, 2.18% más.
El rubro que más creció es la deuda financiera de corto plazo. Este tipo de pasivo creció 33.6% en un año, pasó de 396 mil 301 millones de pesos a 529 mil 462 millones, lo que equivale a un incremento de 133 mil 161 millones de pesos.
En contraste, la deuda financiera de largo plazo se redujo 6.53%, al pasar de 1 billón 430 mil 247 millones a 1 billón 336 mil 890 millones de pesos, una baja de 93 mil 357 millones.
Aunque, este descenso no representa una mejoría, sino un desplazamiento preocupante del endeudamiento hacia plazos más cortos y costosos.
Deuda con proveedores, una bomba de tiempo
Al mismo tiempo, Pemex ha incrementado su deuda con proveedores, un pasivo que refleja directamente el rezago operativo de la empresa y su impacto sobre la economía y los mexicanos.
Entre junio de 2024 y junio de 2025, esta deuda aumentó 18.76 por ciento, al pasar de 362 mil 517 millones de pesos a 430 mil 540 millones, es decir, 68 mil 023 millones de pesos más en obligaciones acumuladas con contratistas, con empresas.
Este endeudamiento con proveedores se ha convertido en un tema constante. Diversas empresas han señalado no haber recibido un solo pago desde que comenzó la nueva administración del segundo piso de la Cuarta Transformación.
El pasado 10 de julio, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) expuso prácticas opacas al interior de Pemex para la liberación de pagos legítimamente adeudados y denunció presiones indebidas y posibles actos de corrupción.
“No podemos permitir que el cobro por servicios contratados derive en procesos opacos o condicionados”, sostuvo el organismo empresarial.
Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de regiones como Ciudad del Carmen, Tapachula, Hidalgo, Irapuato, Reynosa, Oaxaca, Veracruz y Tabasco, enfrentan una crisis de liquidez por los pagos retenidos.
En paralelo, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) estimó que, sólo en este sector, Pemex mantiene una deuda superior a los 7 mil millones de pesos.
Incluso, los grandes grupos económicos del país han comenzado a expresar públicamente su malestar. Durante su conferencia con inversionistas, Arturo Spínola, director general de Administración y Finanzas de Grupo Carso, la empresa del magnate Carlos Slim, reveló que Pemex le debe más de 700 millones de dólares por servicios de perforación e infraestructura prestados en los últimos dos años.
“Estamos hablando de deuda que en algunos casos pasa del año y medio y debe haber algunas con dos años. Aquí el problema es que buena parte todavía no la tenemos reconocida”, puntualizó Spínola.
Frente a la ola de críticas, Pemex informó durante su conferencia del 28 de julio que ya ha pagado 230 mil millones de pesos a proveedores.
Con información de proceso.com.mx