CIUDAD DE MÉXICO (France 24) .- Arabia Saudita registra un aumento sin precedentes en el número de ejecuciones desde los años 90. La causa: la voluntad de frenar el tráfico de captagón, una droga popular en Oriente Medio, que estaría invadiendo el reino de mayoría sunita.
El reino saudí castiga el tráfico de estupefacientes con la pena capital. 144 personas han sido ejecutadas en casos relacionados con drogas de un total de 217 ejecuciones desde el mes de enero.
Si este ritmo continúa en el corto plazo, 2025 superará el número de ejecuciones de 2024, año que ya constituye un sombrío récord desde los años 90, con 338 ejecuciones en el país de mayoría sunita.
Detrás de este endurecimiento está el tráfico de una droga que está en auge en Medio Oriente: el captagón. Y Arabia Saudita, la primera economía del mundo árabe, es uno de sus principales consumidores, según las Naciones Unidas.
Oleada de ejecuciones
Arabia Saudita volvió a aplicar la pena de muerte en los casos de drogas a finales de 2022, tras una pausa de aproximadamente tres años.
La suspensión de la pena capital para asuntos relacionados con drogas (2019-2022) se había decidido con el objetivo de “pulir” la imagen del reino, recuerda Karim Sader, politólogo y consultor especialista en los países del Golfo.
Este calendario explica en parte la actual oleada, señala Sader: numerosos condenados, cuyo destino había quedado "congelado" durante la pausa, han visto finalmente ejecutada su pena de muerte.
El captagón: consumidores ricos, vendedores pobres
El captagón es apreciado por la juventud adinerada de la región, esta droga es revendida por traficantes pobres y, sobre todo, extranjeros: paquistaníes, iraníes y de otros países asiáticos.
La ONG Amnistía Internacional se ha mostrado recientemente preocupada. "Estamos asistiendo a una tendencia realmente espantosa, con ciudadanos extranjeros condenados a muerte a un ritmo alarmante por delitos que nunca deberían ser castigados con la pena capital", declaró la directora adjunta para la región, Kristine Beckerle, a la agencia AFP.
"El destino de los trabajadores pobres tendrá menos exposición mediática que el de los disidentes saudíes condenados por razones políticas", explica por su parte, Karim Sader.
El regreso de la pena capital perjudica la imagen de tolerancia y modernidad que el Arabia Saudita trata de proyectar, sostienen algunos defensores de los derechos humanos.
"La guerra contra las drogas lo justifica todo"
Pero la actual cruzada contra el captagón está guiada por imperativos internos.
"Existe el riesgo de que la sociedad saudí se vea dañada por el flagelo de la droga, y el príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán, quiere protegerse a su nación, aunque para ello deba emplear métodos brutales y escandalizar a las organizaciones internacionales, occidentales en primer lugar. La guerra contra las drogas lo justifica todo", resume Karim Sader.
El príncipe heredero quien es el impulsor de una apertura gradual de su sociedad "debe lidiar con los sectores más conservadores. Para ellos, los delitos relacionados con drogas deben castigarse con la pena de muerte", explica Karim Sader.
En términos concretos, "las autoridades saudíes esperan que golpeando con tanta dureza logren disuadir el tráfico", añade el experto.
En junio, el director de seguridad pública, Mohammed al-Bassami, informó de "resultados positivos tangibles, con duros golpes asestados a los traficantes y contrabandistas", según el diario Okaz, influyente periódico saudí.
¿Caída de Assad en Siria, fin del captagón en Arabia?
"Sabemos, sin embargo, que, frente al desafío de la droga, la represión por sí sola no basta", comenta el experto.
En su lucha contra la denominada cocaína de los pobres, Riad puede contar con un aliado regional: Ahmed al-Sharaa, el presidente de facto de Siria.
El día que tomó el poder, el nuevo líder político de Damasco incluyó al captagón en su discurso de victoria, recuerda la BBC: "Siria se ha convertido en el mayor productor de captagón del mundo, pero hoy, Siria será purificada por la gracia de Dios".
La Siria de Assad era probablemente la principal fuente de captagón, estima la cadena británica. Tanto que, en 2023, los países árabes solo aceptaron la normalización con Bashar al-Assad a cambio de una promesa: que Damasco dejara de inundar a la región con esas famosas anfetaminas.
El entorno del mandatario que fue derrocado a fines de 2024 había encontrado en el narcotráfico una fuente de ingresos inesperada, pese a tener una economía devastada por la guerra y las sanciones.
Aunque, en junio, las autoridades sirias de facto afirmaron que todas las instalaciones de producción de captagón en el país habían sido incautadas.
Privado de sus principales traficantes regionales, ¿desaparecerá finalmente el captagón del reino de Arabia Saudita?
El fin de Assad no marcará necesariamente el de la producción de esta droga en Siria, analiza la BBC en su investigación.
"Se piensa que la caída de Assad y el debilitamiento de Hezbolá van a contribuir a frenar la actividad de tráfico de captagón hacia Arabia Saudita. Pero nunca se podrá erradicar al 100%", concluye Karim Sader".
Con información de proceso.com.mx