Carlos Gurrola Arguijo, trabajador de limpieza de la empresa H.E.B. ubicada en Torreón, Coahuila, murió tras haber bebido una sustancia tóxica, la cual presuntamente fue vertida por sus compañeros de trabajo.
Familiares de Carlos indicaron que sufría de constantes abusos y acoso, pues le quitaban sus pertenencias.
En entrevista con medios, Karina Gurrola, hermana de Carlos, expuso que “se le dañó su garganta y el estómago”.
Dijo que la empresa no les avisó de manera inmediata tras lo ocurrido.
“Eso pasó como a las 3:30 o 4 de la tarde y nos avisan hasta las 6, que se había intoxicado”, recordó.
Resaltó que sus compañeros le robaban hasta la comida, además de desinflar las llantas de su bicicleta.
“No entiendo con qué clase de personas convivía mi hermano, pues era muy buena persona y era muy querido por toda la gente y no nos explicamos por qué le hicieron eso a mi hermano”, dijo.
La noche de este viernes, familiares, amigos y compañeros se encuentran en su funeral y está siendo velado en la comunidad de La Concha, en Torreón, Coahuila.
Por su parte, la empresa en la que laboraba Carlos se deslindó de los hechos, pues el trabajador era subcontratado.
“Hemos colaborado con total transparencia y apertura con las autoridades correspondientes para apoyar en la investigación y en el esclarecimiento del caso, y esperamos que pronto se puedan deslindar responsabilidades. Reiteramos a la comunidad nuestro compromiso con la seguridad e integridad de nuestros socios, clientes y de los proveedores que prestan sus servicios en nuestras instalaciones, con la determinación de seguir trabajando para convertirnos en el mejor lugar para trabajar, comprar y hacer negocios”, señaló.
Lamentó el deceso de Gurrola y aclaró que era empleado directo del proveedor de servicios de limpieza Multiservicios Rocasa S.A. de C.V.
En tanto, los representantes de esta última empresa desmintieron que Gurrola sufriera de acoso, pues “era muy querido”.
“Nos duele esta situación que pasó, o que está pasando con Carlitos le digo yo, porque así le decíamos; era una persona muy alegre, muy trabajadora, que siempre estaba atenta a lo que se necesitaba en cuanto a su trabajo. Era muy servicial, muy querido por todos sus compañeros. Tenía más de tres años con nosotros, trabajó varios años atrás y volvió. A Carlitos le encantaba estar en su trabajo. Era muy buen compañero. Nosotros lo queríamos mucho, no sufría de bullying, por lo mismo que sus compañeros lo querían, no sufría de acoso laboral”, dijo Xóchitl Rosas, representante de Multiservicios Rocasa S.A. de C.V.
En un comunicado, la Fiscalía General del Estado de Coahuila, (FGEC) informó que no hay pruebas de que se haya vertido una sustancia tóxica a su bebida de forma intencional.
La dependencia indicó que abrió una carpeta de investigación, realizando diversas diligencias, como recopilación de diversos materiales videográficos en torno a los hechos.
“Desafortunadamente, el día de ayer, se informó del fallecimiento de la víctima en la Clínica 71 del IMSS, por lo que la carpeta investigación fue turnada al área de homicidios, donde se continúa con el estudio de todos los datos de prueba, los cuales indican que hasta el momento no se cuenta con indicio alguno que refiera que se le haya vertido alguna sustancia nociva de manera dolosa al recipiente del cual el hoy occiso tomó con posterioridad”, precisó la fiscalía estatal.
Gurrola Arguijo, de 47 años de edad, fue ingresado a un hospital el pasado 30 de agosto, después de que resultara afectado por la ingesta de la presunta sustancia tóxica, lo cual comprometió su salud.
La profesora de la materia de Bioética del Programa de la Maestría en Ciencias de la Salud de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional, Rocío Fuentes Valdivieso, señaló que la violencia laboral, requiere considerarse desde una postura interdisciplinaria y bioética para examinar las relaciones humanas en diferentes espacios de la vida cotidiana, tales como los ambientes laborales, los cuales involucran la cultura de quienes trabajan en ellos.
“La cultura que implica formas de pensar, sentir e interactuar dentro de la sociedad en la que vivimos. Asimismo, las sociedades tienen normas sociales tácitamente aceptadas sobre cómo deben comportarse mujeres y hombres de cualquier género dentro de un espacio laboral”, explicó.
Añadió que a medida que se han estudiado las conductas humanas que se desarrollan dentro de los ambientes laborales, se ha visto que predominan diversas formas de dominación, exclusión y racismo. Todavía prevalecen modelos de conducta colonizadores, es decir, comportamientos crueles que suelen resultar funcionales dentro de las organizaciones, como por ejemplo el castigo, el insulto, el maltrato y la negociación a modo para lograr objetivos.
“Las diferentes manifestaciones de violencia laboral son diversas cuando se analizan por sexo y lugar de trabajo; por tanto, se puede observar que es necesaria la aplicación de la normatividad y la corresponsabilidad por parte de las jerarquías y de quienes laboran en estos espacios, para detener y poner límites a las agresiones sexuales, exclusiones y clasismos. Poco se dice, pero la violencia laboral es más común de lo que parece y es causante de alteraciones en la salud. Está conformada por un conjunto de situaciones, tanto objetivas como subjetivas. Entre las subjetivas están las comparaciones personales que pueden desencadenar admiración, pero también rivalidad y otros sentimientos no explícitos, y que forman parte de las relaciones sociales, como por ejemplo el racismo y el desprecio hacia trabajadores indígenas y migrantes. A esto se suma el sistema patriarcal, sostenido por el poder de la masculinidad”, comentó.
Con información de: Animal político.