
Nunca es tarde para encontrar un nuevo estilo de vida y eso lo está demostrando el beisbol, a pesar de ser un deporte con más de 120 años de existencia.
El epicentro de esa redefinición se debe a un nombre en específico: Shohei Ohtani. Es un japonés de 31 años, 191 centímetros de estatura y cuyo máximo distintivo es que puede jugar con alto desempeño tanto de pítcher como de bateador.
“Soy muy responsable diciendo esto, pero Ohtani realmente está redefiniendo lo que es estructuralmente posible en el beisbol”, opina para El Economista, Tadeo Varela, especialista en sabermetría por la Universidad de Boston y con experiencia en diferentes cargos en Liga Mexicana de Beisbol (LMB), Liga Mexicana del Pacífico (LMP) y equipos como Toros de Tijuana, Charros de Jalisco y Guerreros de Oaxaca.
“Se ha vuelto un problema para los analistas, para los sabermétricos, de siquiera tratar de crear un marco en el cual evaluarlo, porque toda la estructura del WAR (Triunfos Sobre el Reemplazo, por sus siglas en inglés) y de las estadísticas avanzadas obviamente se basan en evaluar pítchers y bateadores separados. Mezclar todo, nada más en el tema evolutivo, implica tomar en cuenta otras consideraciones matemáticas para que lo que se está evaluando sea real”.
Ohtani llegó a Grandes Ligas (MLB) en 2018, con 24 años y luego de ser cinco veces All-Star de la Liga Japonesa. Firmó con Los Ángeles Angels por 500,000 dólares, el salario más bajo de la Gran Carpa, pero en 2024 llegó a los Dodgers y detonó una bomba inédita de 700 millones a cambio de una década de contrato.
Si bien desde sus inicios en la Liga Japonesa demostró virtudes como pítcher y bateador, el desafío estaba en ver si podía cumplirlo en la máxima competencia del beisbol mundial.
Después de seis temporadas con Angels y dos con Dodgers (con posibilidad de ser bicampeón de Serie Mundial al cierre de 2025), los números comprueban su poderío dual: 670 ponches y 280 jonrones, sólo contando fase regular.
“Hay una palabra que usamos mucho y creo que ha perdido el peso de su significado: Shohei Ohtani es increíble en el sentido literal de la palabra. Es difícil entender lo que está logrando en MLB y eso lo han mencionado incluso otros jugadores. Es prácticamente impensable que un jugador pudiera llevar una rutina dual y rendir en en ambos lados del plato”.
Cuestionado sobre si hay algún antecedente similar a Ohtani, el especialista menciona a ‘Babe’ Ruth, quien ganó siete Series Mundiales entre 1915 y 1932. Sin embargo, aclara que las similitudes son parciales.
“La única medio referencia que tenemos de un jugador dual es ‘Babe’ Ruth y para eso hay que retroceder 100 años. Es el único que había logrado perfeccionar esa dualidad. Hasta la fecha sigue siendo el único con un título de bateo y uno de efectividad en MLB, una hazaña que creo que ni siquiera Ohtani va a poder replicar, pero aquí va el secreto: realmente lo que hizo ‘Babe’ fue una transición. Empezó siendo lanzador y, posterior a eso, la gente se empezó a dar cuenta que tenía mucha habilidad también de poner la pelota en juego.
“Él prácticamente instauró el cuadrangular como gran evento y arma ofensiva del beisbol y eso fue lo que hizo que fuera adoptando el rol de bateador (…) pero él hizo una transición: dominó como pitcher y poco a poco se convirtió en bateador. Realmente no tuvo una carrera donde dominara de manera completa ambos lados del plato, como sí lo hace Shohei Ohtani en la actualidad”.
A más de un siglo de distancia y con un pelotero nacido a 10,000 kilómetros de Estados Unidos, el panorama del beisbol está tomando un nuevo rubro.
Los japoneses llegaron a MLB hace 61 años con Masanori Murakami. Con el paso del tiempo, algunos se convirtieron en súper estrellas: Yu Darvish, Hideo Nomo, Ichiro Suzuki, Kazuhiro Sasaki y en la actualidad, además de Shohei Ohtani, destacan Roki Sasaki y Yoshinobu Yamamoto.
Pero Ohtani resalta por su estatura superior al 1.90 y por su potencia de brazos, lanzando a más de 102 milas por hora.
En cuanto al bateo, un estudio de la propia MLB comprobó que Ohtani tiene uno de los golpeos más profundos, con promedio de 9.4 centímetros detrás del plato.
“El profundo punto de contacto de Ohtani es el secreto de su increíble poder en todos los campos. Puede ver la pelota por más tiempo que la mayoría de los bateadores de las Grandes Ligas, y aún tiene la velocidad del bate, la trayectoria de swing peligrosa y la habilidad del bate a la pelota para conectar jonrones en cualquier parte del estadio”, resalta dicho informe.
Esas condiciones físicas y técnicas están impulsadas por su fortaleza mental y disciplina cultural, recalca Tadeo Varela.
“Todo el mundo sabe que los japoneses son muy dados de su disciplina, orgullo y mecánicas de trabajo que son muy exhaustivas. Cualquier japonés en promedio es muy dedicado a lo que hace.
“De la parte mental, lo que hace requiere una disciplina extraordinaria porque ya de por sí ser lanzador o bateador es una rutina completa y él tiene que cumplir ambos roles, con sesiones de bullpen, fortaleza en el brazo y a la vez cumplir con las exigencias de ser bateador, es decir, con prácticas, mecánicas de swing y demás, que también suponen un día de trabajo completo. Tiene que encontrar tiempo para hacer ambas cosas al mejor nivel, por eso tiene una disciplina psicológica impresionante”.
El especialista prevé que Ohtani finalice su carrera con más de 500 jonrones y 1,000 ponches, aunque asevera que su mejor momento puede continuar por los próximos cinco años.
No obstante, observa que a corto plazo haya una tendencia al alza para ver a cada vez más peloteros cumpliendo ese doble rol con altas estadísticas.
“Uno quiere pensar que esto va a despertar curiosidad en jóvenes, de que sí se pueden hacer ambas cosas al mismo tiempo, y pudiera abrir la puerta de un nuevo tipo de jugador, pero esto no se ha hecho en 150 años de historia, así que no tenemos una razón para pensar que haya otra persona que pueda hacerlo en los próximos 30, 40, 50 años.
“Para tener una idea, casi todos los jugadores en high school, college o academias cumplen funciones dobles, pero cuando realmente se ve que pueden empezar a subir a profesional, lo primero que les dicen es que decidan un rol y se especialicen, porque ya de por sí es extremadamente difícil competir a nivel promedio en MLB. Que haya otra persona que realmente pueda competir de ambos lados del plato realmente se ve muy cuesta arriba”.
Con información de: El economista.