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¿Debe la Iglesia negociar con los narcos?

Durante los Talleres para la Construcción de Paz, realizados la semana pasada, se denunció que México es el país más peligroso de América Latina para ejercer como sacerdote, que entre 1990-2024 alrededor de 80 curas han sido asesinados, que ocurrieron 14 agresiones a obispos y presbíteros, 26 templos son atacados por semana y se dieron 900 extorsiones y amenazas de muerte en el sexenio de López Obrador.

El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, quien lleva 20 años trabajando en procesos de paz y construcción de justicia en el Estado de México, Guerrero y Michoacán, puso el cascabel al gato al decir que los sacerdotes se estaban capacitando en ese taller para dialogar con los grupos de la delincuencia organizada, el "narco-diálogo" bautizado por la prensa.

La declaración de don Carlos fue una bomba en medio de la sala de la Conferencia Episcopal Mexicana, el gobierno federal, partidos políticos y cientos de organizaciones sociales que trabajan en el acompañamiento a víctimas de la violencia en México.

Funeral del padre Marcelo Pérez en Chiapas. Foto: Isabel Mateos / Cuartoscuro.

Para entender el contexto de lo que Garfias Merlos "quiso decir" y planteó en el Taller de Paz organizado por la Universidad Pontificia de México, hablamos con el sacerdote colombiano Leonel Narváez, quien lleva varias décadas en procesos de Perdón y Reconciliación en varios países y en 20 ciudades de nuestro país.

Esta organización realizó recientemente un taller en Culiacán con 70 sacerdotes para compartir la experiencia de Colombia, pero este modelo de diálogo para el Perdón y la Reconciliación ya está operando en 21 estados de México, en 43 diócesis del país.

Narváez menciona que en este momento en su país, la Iglesia y los grupos sociales contribuyen en la negociación con narcos, grupos armados, disidencias de la guerrilla y nueva guerrilla.

Este religioso dice: "El perdón tiene que ser el corazón de un proceso de diálogo y reconciliación política y social". Y debe tener un aterrizaje jurídico. Hoy, por ejemplo, en Colombia se discute una propuesta legal (no punitiva) basada en 4 bases: que el narco que se entregue tendrá penas de 5 a 8 años de cárcel en lugares abiertos, se pueda quedar con el 12% del dinero de la actividad delictiva, contribuya a deshacer su grupo delincuencial y dé información al gobierno.

Las armas no resuelven la violencia, hay que negociar con todos estos grupos y luchar contra la justicia punitiva. Para llegar al consenso vamos a ver pleitos entre los obispos, los partidos, los grupos políticos y de la sociedad civil. Pero todo debe llevar al perdón y a la reconciliación, para llegar a La Paz con justicia.

Luego de las declaraciones de Carlos Garfias, la CEM y algunos de los 40 participantes en el taller dijeron:

  • El Taller de Construcción de Paz no tiene como objetivo pactar con grupos criminales, sino compartir herramientas comunitarias para prevenir la violencia, reparar el daño y reconstruir el tejido social desde lo local.
  • Este esfuerzo colectivo no implica acercamientos con actores delictivos, como algunos sectores lo interpretaron, sino que busca promover una cultura de paz basada en la dignidad humana, el Evangelio y el respeto a la legalidad. El taller no está dirigido al diálogo con grupos delictivos.
  • La Iglesia reconoce que en muchas regiones del territorio nacional hay presencia activa de grupos armados, lo que representa un gran desafío para las comunidades. No se puede construir la paz negociando con el crimen organizado, pues los acuerdos con esos actores suelen ser frágiles y temporales.

El padre Narváez pronostica: tarde que temprano vamos a entender que el principal problema de salud pública que tenemos es el de la violencia, es el odio en países católicos que causa muerte. Y el diálogo con "los malos" es condición para el perdón y reconciliación de un país".

Con información de proceso.com.mx

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SuKarne intensifica campaña de imagen ante la crítica

En redes sociales la empresa engordadora SuKarne, ha intensificado su campaña de imagen luego de la crítica que han hecho principalmente productores pecuarios, por la importación de ganado procedente de Nicaragua, mientras la frontera norteamericana está cerrada a la exportación de becerros en pie de cinco estados del Norte de México, por la presencia de gusano barrenador en nuestro país.

Ahora, en el nuevo gráfico que subió a su red social de Facebook, la empresa con origen en Sinaloa, señala que sus importaciones desde Centroamérica y Estados Unidos representan solo el 1.5% al cierre del primer semestre 2025; para luego afirmar que, “nuestros ganaderos van primero”.

La empresa importó hace unos días, un primer lote de ganado de Nicaragua, compuesto por 4 mil 600 cabezas, para transportarlas vía barco hasta Mazatlán, Sinaloa, y llevarlas a sus instalaciones en Tlahualilo, Durango, lo que desató la ira de los productores de esa entidad, por el riesgo sanitario que representa el traerlos desde un país que tiene una gran cantidad de casos de gusano barrenador y poner en riesgo su estatus para exportar becerros a Estados Unidos. Una segunda importación, de un embarque de 5 mil 400 animales, ante las presiones de los ganaderos, tuvo que ser enviado a un sitio del que no se dieron detalles.

No obstante, las reacciones en esa red social, le señalan que ese pequeño porcentaje podría derivar en prolongar el cierre de la frontera norteamericana y aumentar el riesgo de infestación de gusano barrenador y por ende, el estatus sanitario de las entidades exportadoras y la economía de los productores; así como también, que con esa cantidad se pone en riesgo la exportación de un millón de animales en pie.

Además, hay productores que les piden no importar ese ganado, hasta que se controle la plaga y hasta quien propone un veto a los productos esta compañía, así como también, se dan señalamientos de que la empresa ha sido favorecida por las autoridades.

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