El gusano barrenador fue erradicado en México en 1991 tras un trabajo conjunto con Estados Unidos durante 19 años. Sin embargo, el programa fue desmantelado por parte del Gobierno federal y, desde noviembre pasado, se han presentado casos tanto en ganado como en humanos; incluso, hace dos días se reportó la muerte de una mujer en el sur del país.
A raíz del hallazgo del primer caso en noviembre pasado, el Gobierno federal desplegó acciones como el control en la movilización de ganado, vigilancia epidemiológica, tratamiento de heridas frescas, capacitación y educación sanitaria, así como la dispersión de mosca estéril. No obstante, estas medidas no evitaron el cierre de la exportación de ganado de México a Estados Unidos. Las acciones, aseguran expertos, se quedan cortas en comparación con el programa aplicado en la década de los noventa.
José Antonio Ruelas Pérez, presidente de la Unión Ganadera Regional de Jalisco, consideró insuficiente la capacidad de dispersión de moscas estériles que provienen de la planta de producción ubicada en Pacora, Panamá.
“Es insuficiente. No hay capacidad de producción: son 100 millones de moscas, cuando se requieren 500 millones. Esto se le salió de las manos al Gobierno porque cerraron la planta que estaba en Chiapas, y ahora dependemos únicamente de una planta en Panamá, la cual fue diseñada para control, no para erradicación”, cuestionó.
El método del uso de mosca estéril fue adoptado por México y Estados Unidos tras la firma de un acuerdo en 1972, con el cual se creó la Comisión México-Americana para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado, con el objetivo de coordinar esfuerzos y recursos en la lucha contra esta plaga.
En 1976 se estableció en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, una planta dedicada a la producción de moscas estériles, con capacidad para generar 500 millones de ejemplares por semana. Hasta 1990, se utilizaron 30 aviones para la dispersión de 250 mil millones de moscas estériles como parte de la estrategia.
Ahora el Gobierno federal acordó la reactivación de la planta de producción en Chiapas, proyecto que representa una inversión conjunta entre México y Estados Unidos por 51 millones de dólares.
Pero Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, cuestionó que el Gobierno federal no haya frenado la exportación de ganado desde Centroamérica, pese a que el nuevo brote se originó en esa región del Continente.
“Se debe evitar la entrada ilegal de ganado de Centroamérica, o bien, asegurarse de que cumpla con los protocolos de cuarentena, inspección y tratamiento”.
El especialista indicó que el cierre de la frontera estadounidense al ganado mexicano ha provocado pérdidas valuadas en hasta 800 millones de dólares, debido a que los ganaderos dejaron de exportar aproximadamente 800 mil cabezas de ganado, de un total anual de 1.2 millones.
Hasta el momento, se han registrado dos mil 398 casos en ganado, además de 33 casos confirmados de miasis, enfermedad transmitida por este gusano a los humanos.
El fallecimiento reportado corresponde a una mujer de 86 años, originaria del municipio de Candelaria, en el estado de Campeche, quien presentó complicaciones graves de salud a causa de la miasis.
Con información de Informador.mx