
El secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, reconoció que el hackeo “Guacamaya Leaks”, que expuso información sobre seguridad nacional en 2022, fue por una falla humana y no por una vulnerabilidad en los sistemas del Ejército.
“Todos nuestros sistemas de comunicaciones, de transmisiones, son encriptados. Técnicamente todos son encriptados. De lo que pasó en Guacamaya, fue una falla humana y no eran encriptados, eso era internet común. Todos están encriptados, todos son medios seguros y están funcionando todos adecuadamente”.
El general Trevilla fue cuestionado en la conferencia mañanera sobre un informe de la Universidad de San Diego sobre la posibilidad de interceptar datos de satélites no encriptados a través de equipos de bajo costo, vinculados a instituciones como el Ejército, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) e incluso de la banca
En respuesta, el titular del Ejército aseguró que las comunicaciones militares operan bajo medios seguros.
“No han ingresado. No tenemos ningún indicio de que hayan ingresado o que hayan obtenido esa información. Desconozco cuál sería su fuente o cómo se hizo el estudio”, señaló.
En 2022, un ciberataque a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) expuso 6 terabytes de correos y documentos sobre operativos de seguridad, contratos del Ejército e información sobre seguridad nacional.
En ese momento, autoridades confirmaron la filtración de información pero minimizaron su importancia bajo el argumento de que toda era de “dominio público”, incluso, el entonces presidente López Obrador dijo que había agencias internacionales, organizaciones y periodistas vinculados con la extracción de información.
De acuerdo con expertos, el hackeo fue por medio de una brecha encontrada en la plataforma de correo de Microsoft, un ataque conocido como ProxyShell, de la cual Microsoft había advertido a sus usuarios desde marzo de 2021.
El hackeo fue atribuido a Guacamaya, un grupo internacional de hacktivistas que se define en sus manifiestos como anticolonialista y antiimperialista, que actúa contra las Fuerzas Armadas de varios países y contra empresas extractivistas y petroleras, en defensa de los territorios.
Dicho grupo explicó que los correos filtrados por el grupo Guacamaya pertenecían a organismos militares y policiales en cinco países latinoamericanos: Chile, El Salvador, Colombia, Perú y México. En este último caso, la información fue considerada de “distribución limitada dada su sensibilidad” por lo que se otorgó a periodistas e investigadores que la solicitaran.
Entre las información revelada se encontraba el estado de salud del expresidente López Obrador, violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas, seguimiento a casos como Ayotzinapa, el uso del software de espionaje Pegasus, el monitoreo a grupos feministas catalogados con el mismo grado de riesgo para la seguridad que los defensores del territorio y los cárteles del narcotráfico, posibles casos de colusión de militares con el crimen y señalamientos en el mismo sentido contra políticos.
Con información de: Animal político.