
Elodia Reyes, la mujer captada abrazando a su esposo en medio de las inundaciones en Poza Rica, Veracruz, falleció este lunes.
Sus restos se trasladarán a Naranjos, un municipio cercano de donde era originaria, dieron a conocer amigos y familiares de Doña Elodia.
La imagen de ella y su esposo, Hilario Reynosa, aferrados uno del otro, resistiendo abrazados ante el avance del río desbordado, se hizo viral en redes sociales y se convirtió en una imagen de esperanza ante una tragedia que ha dejado decenas de muertos.
Conocidos por los vecinos como Don Layo y Doña Elo, la pareja vivía desde hace 26 años en Poza Rica.
En las imágenes se ve el momento en el que Don Layo abraza con fuerza a Doña Elo, mientras ella lo rodea por la cintura.
“Agárrate de mi pescuezo para poder salir”, le dijo Hilario a su esposa, Elodia, cuando vieron su casa inundada tras las intensas tormentas.
Salir de la casa fue imposible, pues la puerta quedó bloqueada por pesados muebles que arrastró la avalancha. No les quedó más opción que irse al techo.
Mi esposa “se agarró de mi pescuezo y salimos (por otro lado) y ahí nos agarramos, ahí nos amanecimos, ahí la pasamos y ella pidiendo ‘¡Auxilio, auxilio!”, rememora Hilario a la AFP.
Don Layo atravesó la corriente para salvar a su esposa y después la abrazó hasta que fueron rescatados.
Así “los abuelitos”, como los han bautizado en redes sociales, quedaron inmortalizados en imágenes en las que se les ve sentados y abrazados sobre la angosta estructura de su casa que fue su salvación.
A su alrededor, el río desbordado los amenazaba y el agua les cubría hasta las caderas. Al final, una persona llegó hasta ellos en una lancha de remos.
“Ella nos vino a rescatar y nos llevó a su casa. Allá nos tuvo, nos dio comida. ¡Una señora tan buena!”, cuenta Elodia con voz tímida.
“Hay personas que a veces no sabes quiénes son, pero son de buen corazón. Eso es lo bonito”, considera su esposo con una sonrisa.
Su hogar quedó completamente destruido por el agua y ahora permanecen con un vecino que los acogió. Su rostro muestra todavía un gesto azorado tras la odisea.
Hilario se sube hasta los muslos el pantalón corto que lleva para mostrar los extensos moretones que carga desde ese día.
“Aquí la tenía, así. El agua se pasaba fuerte, así”, muestra el anciano. Por momentos, desesperado, pensó que el agua le arrebataba a su esposa.
“Él sabe nadar; yo no”, dijo Elodia.
El hombre cuenta orgulloso que el haber sido pescador y albañil le dio la fuerza física para soportar por horas el embate del río.
Lo más importante era “la vida de los dos”, sostuvo Hilario, quien ahora clama ayuda para reconstruir su hogar.
Con información de AFP.
Con información de: Animal político.