La fragilidad es la manifestación más problemática del envejecimiento, tanto a nivel individual y familiar como poblacional; sin embargo, no es una condición que afecte a todas las personas que alcanzan edades avanzadas y, de acuerdo con un estudio que se publica este lunes, puede ser hereditaria.
Cuando se tiene la condición conocida como fragilidad, el cuerpo pierde su resiliencia y se vuelve más vulnerable a caídas, infecciones y otras situaciones de estrés, incluso las relativamente menores; por lo que aumenta el riesgo de hospitalización y muerte. Por lo tanto, comprender por qué algunas personas se ven afectadas antes que otras puede ser de gran importancia.
"Se estima que entre una cuarta parte y la mitad de las personas mayores de 85 años son frágiles", señaló una revisión publicada en The Lancet en 2014. Añadió que la fragilidad "se desarrolla como consecuencia del deterioro relacionado con la edad en múltiples sistemas fisiológicos".
Pero el nuevo estudio, publicado en la revista Nature Aging, al haber identificado variantes genéticas relacionadas con la fragilidad, aporta una visión distinta en la que la historia de vida parece ser mucho menos relevante.
“Nuestros resultados muestran que la fragilidad no está causada por un solo factor, sino por numerosos genes que afectan el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario, el cerebro y el metabolismo, afirma Juulia Jylhävä, líder del estudio.
"Algunos de estos genes son descubrimientos completamente nuevos”, añade Jylhävä, quien es profesora investigadora del Instituto Karolinska y cuyo equipo realizó ewl estudio en colaboración con personal de la Universidad de Tampere, en Finlandia.
Fortalezas y debilidades del estudio
El análisis genético exhaustivo de esta investigación se realizó con los datos del ADN y de salud de casi un millón de personas de Finlandia y el Reino Unido, lo que permitió al equipo de investigación identificar con seguridad las variantes genéticas relacionadas con la fragilidad.
Sin embargo, las conclusiones a las que llegaron y los marcadores genéticos que encontraron podrían no ser aplicables en otras poblaciones.
“En el futuro, podríamos identificar a las personas en riesgo incluso en la mediana edad, cuando aún hay tiempo para prevenir la fragilidad. Esto abre la puerta a nuevas formas de mejorar la salud en las personas mayores”, concluye Juulia Jylhävä.
Con información de Latinus