Reuters.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó este jueves al Departamento de Comercio crear un nuevo censo que excluya a los migrantes, cuyo estatus no esté regulado, retomando un impulso de su primer mandato que fue rechazado posteriormente por los tribunales y revertido por su sucesor.
Trump anunció su nuevo ataque al censo en un mensaje publicado a primera hora de la mañana en la red social de Truth Social, en el que dijo que el recuento de la población debería "basarse en hechos y cifras de hoy en día" y en los resultados de las elecciones presidenciales de 2024.
"Las personas que están en nuestro país ilegalmente no serán contadas en el registro", dijo.
El último censo realizado en Estados Unidos ocurrió en 2020 y el próximo está previsto para el 2030, según la Constitución del país, que estipula la frecuencia y procedimientos de las indagaciones, estos se realizan cada 10 años y sus resultados son los únicos válidos para la asignación de los distritos electorales y la representación en el Congreso.
El mismo, actualmente, se encuentra bajo control republicano y tiene la facultad de ordenar conteos adicionales o intermedios a través de leyes ordinarias, aunque sólo se utilizan con fines estadísticos y sus hallazgos no deben ser usados para la redistribución de distritos.
El republicano lleva tiempo arremetiendo contra la inclusión de migrantes que no tienen papeles en el censo, que se utiliza para determinar el reparto del Congreso, y firmó un memorando similar en el último año de su primer mandato.
Esa medida fue posteriormente impugnada legalmente, al dictaminar los tribunales que sólo el Congreso tiene autoridad para definir quién es registrado.
El expresidente Joe Biden revocó la política de exclusión que Trump quería imponer con una orden ejecutiva al asumir el cargo en 2021.
El último impulso se produce en medio de una campaña nacional de la nueva administración para detener a los migrantes que están en el país ilegalmente y deportar a millones de personas, acciones que han provocado decenas de demandas.
Cabe recordar que la primera ciudad que comenzó con las redadas fue Los Ángeles y a raíz de ello varias protestas abarrotaron las calles.
La iniciativa está perjudicando el índice de aprobación de Trump, según una encuesta reciente de Reuters/Ipsos.
Esta mostró que las tácticas de mano dura —incluidas redadas en el lugar de trabajo—habían llevado el índice de aprobación pública del presidente sobre migración al 41%, el más bajo desde su regreso al cargo.
Con información de Latinus