Presupuesto público a la baja animó la expansión de gusano barrenador

Sí bien las políticas gubernamentales han puesto entre sus prioridades la atención al campo, la realidad es que desde el punto de vista de los recursos presupuestales que se destinan a ese estratégico sector de la economía, se percibe que sigue en buena medida abandonado a su suerte, para muestra baste con observar el cada vez menor monto de recursos del presupuesto público año con año.

En la historia reciente, el mayor presupuesto de gasto del gobierno al sector, vía la Secretaría de Agricultura se asignó en 2015, en la administración de Enrique Peña Nieta, de ese año y de acuerdo con el presupuesto para 2025 por 74 mil 515 millones de pesos, se aprecia una marcada tendencia de baja, acusando en esa década una reducción de 50% en términos reales.

Para el mandato de Andrés Manuel López Obrador, la sequía de recursos presupuestales para el sector primario de la economía se agudiza aún más. Pues mientras en todo el mandato de Peña Nieto la caída del presupuesto a ese sector fue de 21% en términos reales, en el de López Obrador, sufrió una reducción adicional del 23% real, Claudia Sheinbaum toma la estafeta y en su primer presupuesto aplica una reducción de casi tres por ciento.

Presupuesto de Egresos de la Federación

Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural

(millones de pesos de 2025 y variación porcentual)

La restricción presupuestal a la dependencia encargada de coordinar y promover las políticas en el sector agropecuario se traduce en programas que año con año también se van achicando, muestra de ello es el del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), que en 10 años se ha reducido casi a la mitad, pues de acuerdo con las cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación, sufrió una reducción de 46% en términos reales, entre 2015 y 2025.

A la tendencia presupuestal en la Secretaría de Agricultura, tuvo que alinearse el del SENASICA. Entre 2015 y 2018, es decir, en la administración de Peña Nieto, su presupuesto se redujo 4.5% y de 2018 a 2024 ,con López Obrador, el apretón presupuestal fue de 42% en términos reales y con Sheinbaum, se retomó de nueva cuenta la tendencia de baja, con 1.5% adicional. Para 2025, el presupuesto de gasto de SENASICA fue de 5 mil 434 millones de pesos.

Programa de Vigilancia Epidemiológica de Riesgos Zoosanitarios

Existe una partida en el presupuesto denominado Programa de Vigilancia Epidemiológica de Riesgos Zoosanitarios, incluido en el Presupuesto Federal del Programa de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria de SENASICA que es lo más cercano a un proyecto orientado a combatir plagas en animales y tiene un presupuesto de 92.2 millones de pesos para 2025, una cifra que también viene a la baja en por lo menos los últimos cinco años.

Presupuesto para Vigilancia Epidemiológica de Riesgos Zoosanitarios

(millones de pesos de 2025 y variación porcentual)

Los montos son poco significativos para el tamaño del problema que se pretende combatir, además que, mientras la plaga crece, el presupuesto se achica. De acuerdo con la evolución de los recursos asignados a ese programa para 2025, se aprecia una reducción de 3.4% en términos reales respecto al año previo y desde 2020, la baja es de 12.7 por ciento.

Con las defensas presupuestales a la baja, el gusano barrenador pudo correr a mayor velocidad que el gobierno para articular, con cada vez menos recursos, programas sanitarios destinados a combatirlo. El problema se torna más complicado, por los flujos comerciales de ganado desde Centroamérica, cruzando por México y llegando a Estados Unidos, traslado que puede dejar una estela de contaminación que amenace la paralización del comercio.

En México, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), tiene el fin de preservar y mejorar las condiciones sanitarias y de inocuidad agroalimentaria, a través de la vigilancia epidemiológica fitozoosanitaria, campañas fitozoosanitaria, acuícolas y pesqueras y sistemas de reducción de riesgos de contaminación y buenas prácticas en la producción agrícola, pecuaria, acuícola y pesquera, y procesamiento primario de productos acuícolas y pesqueros.

Con información de Latinus