CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El plan del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo para fortalecer y expandir el sistema eléctrico nacional podría quedarse corto en sus metas de energías limpias. El problema, según Moody’s, radica en un entorno regulatorio que carece de claridad y estabilidad, y en la incertidumbre sobre si el nuevo Poder Judicial de México actuará con autonomía.
En su más reciente reporte sobre la situación energética del país, en donde elaboró diferentes escenarios, como positivos y negativos, la calificadora revisó el Plan México, así como las reformas constitucionales y cambios legislativos que buscan fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El documento, publicado justo antes de que entre en funciones la nueva Corte, sostiene que “la transición de México a las energías limpias enfrenta importantes riesgos estructurales y financieros que podrían retrasar o arruinar el progreso alcanzado hacia sus objetivos de políticas energéticas”.
Uno de esos riesgos es el nuevo marco legal que define el papel de la inversión pública y privada en el sector.
Moody’s subrayó que este marco aún no ha sido puesto a prueba de manera exhaustiva.
“Los inversionistas siguen preocupados por el estado de deterioro percibido de la calidad institucional y la autonomía del Poder Judicial de México, factores fundamentales para los compromisos de infraestructura a largo plazo”, indicó la agencia.
La calificadora también señaló que la participación del sector privado dependerá directamente de la seguridad jurídica y del rendimiento que puedan obtener sus inversiones bajo estas nuevas reglas.
“Sin embargo, una limitación a la participación privada restringirá el alcance de las inversiones, posiblemente en todo el sector eléctrico”, sostiene.
Esta falta de apertura no solo enfría el apetito de los inversionistas, sino que además incrementa las necesidades de capital de la propia CFE, especialmente en equipos importados sujetos a los aranceles de Donald Trump, como los paneles solares.
A esto se suma que “el impulso que están tomando los centros de datos y las tecnologías emergentes añade mayor complejidad, ya que las empresas postergan compromisos con proyectos de energía a gran escala”, señala el documento.
Moody’s reconoce que incluso sin inversión privada, la CFE podría ajustarse al actual plan de capital sin poner en riesgo su calidad crediticia.
Sin embargo, hay riesgos de ejecución, los sobrecostos y la volatilidad de los precios del gas natural podrían cambiar el panorama.
De hecho, en un escenario de alta demanda energética es más probable que este pondría presión sobre la calidad crediticia de la empresa dirigida por Emilia Esther Calleja Alor.
Con información de: Proceso.