Durante tres días de audiencia, la defensa de Javier Duarte de Ochoa, exgobernador de Veracruz sentenciado por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, y la Fiscalía General de la República (FGR) han debatido en torno a la posible libertad anticipada del exmandatario estatal, subiendo el tono de la discusión con ataques directos en las últimas horas.
El momento cúspide del debate ocurrió durante este último día cuando Javier Duarte tomó la palabra para acusar directamente a la FGR y al fiscal Manuel Granados Quiroz, titular de la Fiscalía Especial de Asuntos Relevantes, de querer montar un “circo mediático” y “mitin político” para mantenerlo preso, a pesar de ya haber cumplido más del 95 % de su pena y supuestamente tener todos los requisitos legales para acceder a este beneficio.
Este caso tendrá su conclusión final este viernes 21 de noviembre, cuando la jueza de ejecución Ángela Zamorano Herrera, del Reclusorio Norte, determine si concede o no la libertad anticipada de Javier Duarte, lo que podría derrumbar el único caso por el que la FGR y la Fiscalía de Veracruz han logrado mantenerlo preso durante 8 años y 7 meses.
La audiencia de este miércoles inició a las 9:55 de la mañana cuando comenzaron a desfilar todos y cada uno de los seis testigos que la FGR presentó para declarar en contra del exgobernador de Veracruz.
El primero fue Luis Roberto Guerrero Maciel, exfiscal especializado en Combate a la Corrupción de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, quien aseguró que el 3 de noviembre de 2022 firmó un oficio, a petición de la FGR, para informar que existía un proceso penal abierto (38/2017) en el fuero común contra Duarte por el delito de incumplimiento del deber legal.
“En ese momento el asunto se encontraba en trámite, pero jamás se pudo realizar la audiencia intermedia, al menos en tres años, debido a ‘trabas legales’ de parte de su defensa”, señaló el ahora fiscal especializado para la Atención de Denuncias por Personas Desaparecidas de la Fiscalía Estatal.
El segundo en hablar fue Emmanuel Melgarejo Barradas, fiscal especializado anticorrupción de Veracruz, quien dijo que el 9 de noviembre de 2022 informó que Duarte también tenía otro proceso penal por el delito de peculado (56/2017), en el que también había sido acusado por abuso de autoridad y tráfico de influencias, sin que se le hubiera impuesto prisión en ninguno de ellos.
—Se tuvo registro de una audiencia para revisión de medida cautelar, pero el señor Javier se había negado a comparecer —señaló el fiscal de Veracruz.
—¿Conoce la razón para negarse a comparecer? —le cuestionó el fiscal Granados Quiroz.
—No sé. Solicitaron dos audiencias, pero sólo una se llevó a cabo y en ella se manifestó que Duarte de Ochoa se negaba a comparecer —respondió.
Denisse Moreno Córdova, fiscal auxiliar de la Coordinación de la Fiscalia de Personas Desaparecidas. Foto: FGEV
En el contrainterrogatorio, el abogado Pablo Campuzano de la Mora, defensa del exgobernador de Veracruz, le cuestionó:
—¿Pero a usted le consta que se negó a comparecer?
—A mí no me consta, era otra la persona encargada de ese proceso —reconoció el fiscal.
La tercera persona en declarar fue Guillermo Hernández Isidro, también de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de Veracruz, quien reconoció que tanto el proceso penal 38/2017 como el 56/2017 se encontraban sub judice (es decir, pendientes de resolución judicial) debido a la interposición de diversos amparos que buscaban que fueran declarados sobreseídos (cancelados).
El cuarto testigo fue Alejandro Ortega Cueto, de la Fiscalía Estatal. Explicó que el 16 de abril de 2013 se presentó una denuncia por el delito de desaparición forzada (103/2023) de un taxista en Coatepec, Veracruz, caso en el que años después se relacionó al exgobernador.
Javier Duarte está preso desde preso desde 2017. Foto: Cuartoscuro
“Sin embargo, el 5 de noviembre de 2025 un juez me hizo llegar un oficio donde ordenaba dejar sin efecto la orden de aprehensión emitida contra el señor Javier […] Esta orden de aprehensión la pudimos conseguir con autorización del gobierno de Guatemala —que aceptó extraditar al exgobernador en junio de 2017, después de que el mandatario estatal huyó del país—, pero no se pudo cumplimentar debido a que el señor inició un juicio de amparo en el que le fue concedida una suspensión provisional y más tarde una suspensión definitiva”.
Finalmente, como última autoridad de Veracruz, la FGR presentó a Denisse Moreno Córdova, fiscal auxiliar de la Coordinación de la Fiscalía de Personas Desaparecidas, quien señaló que durante años Duarte se negó a presentarse a la audiencia inicial luego de ser procesado en el 2018 por supuestamente “entorpecer las investigaciones” para dar con el paradero del taxista, mismo que tiempo después fue encontrado muerto.
En la audiencia la fiscal explicó que en seis ocasiones intentaron celebrar la audiencia inicial, pero no se pudo debido a que en todas las ocasiones el exgobernador argumentó problemas de salud o se negaba a salir de su celda. Por este motivo, incluso el agente del Ministerio Público del caso determinó que iba a hacer uso de la orden de aprehensión que tenía vigente el exfuncionario por este caso para hacerlo comparecer.
Según su relato, ya en audiencia Duarte indicó nuevamente que no se encontraba en condiciones de salud y que no aceptaba la competencia del juez, por lo que pidió diferir la audiencia, pero al no tener una respuesta positiva se retiró de la sala sin autorización.
“El señor Javier regresó en una silla de ruedas, sostenido por más personas, amarrado. El juez le dijo que no estaba violando su derecho a la salud y que si continuaba con esa actitud llevaría a cabo la audiencia sin él”, aseguró.
Tras permitir el inicio de la audiencia a Javier Duarte se le impuso como medida cautelar la figura de prisión preventiva justificada, pero debido a que tiempo después un juez federal determinó desechar una de las pruebas presentadas en su contra también se canceló el proceso en noviembre del año pasado, decisión que está siendo impugnada por autoridades de Veracruz.
Javier Duarte y su esposa Karime Macías denunciaron a Antonio Tarek Abdalá Saad, tesorero de Veracruz. Foto Cuartoscuro
Durante la audiencia, la FGR también presentó a Norma Adriana Vázquez del Río, agente del Ministerio Público de la Fiscalía Especial en Investigación de Asuntos Relevantes de la FGR, quien explicó que ella fue la encargada de integrar la carpeta de investigación que se inició luego de que Duarte de Ochoa y su esposa Karime Macías denunciaron a Antonio Tarek Abdalá Saad, tesorero de Veracruz que denunció al exgobernador, por el delito de “falsedad de declaración”.
“En esa carpeta de investigación se decretó el no ejercicio de la acción penal en contra de Tarek Abdalá, porque su testimonio fue aceptado una vez que Duarte fue sentenciado en procedimiento abreviado (97/2016) […] En su declaración el señor Antonio reconoció que realizaba transferencias provenientes de recursos públicos de Veracruz a diversas empresas fantasma. Además, a pesar de no haber recibido ninguna amenaza, señaló que tenía miedo de que a él o a su familia pudiera pasarles algo si Duarte tomaba represalias”.
En el contrainterrogatorio, el abogado Pablo Campuzano se enfocó en argumentar que ni Duarte ni Macías interpusieron esa demanda, tratando de evidenciar que no existía ningún riesgo para el testigo protegido en caso de que el exgobernador recupere nuevamente su libertad.
—¿Sabe si hubo ratificación? —cuestionó el abogado Pablo Campuzano a la agente Vázquez del Río.
—No, no se ratificó —señaló la agente.
—¿Sabe si Karime o el señor Javier firmaron la denuncia? —agregó.
—No lo recuerdo —respondió.
—¿Llevó a cabo alguna otra diligencia para comprobar los hechos?
—No —finalizó la agente.
A las 14:00 horas, la juez decretó un receso para pasar a la etapa de alegatos finales de ambas partes.
Pablo Campuzano de la Mora, defensa del exgobernador de Veracruz. Foto: Claroscuro
A las 17:40 de la tarde reinició la audiencia en la que empezó a hablar el abogado Pablo Campuzano, defensor de Duarte, para acusar a la FGR de llenar de “adjetivos calificativos y pretender hacer un juicio de culpabilidad” en una audiencia que “debería centrarse en una liberación anticipada, que es lo que se está solicitando”.
La defensa explicó punto por punto por qué consideraba que Duarte de Ochoa cumplía ya con todos los requisitos del artículo 141 de la Ley Nacional de Ejecución Penal, centrándose sobre todo en lo referente a las fracciones III y VI que hablan de “haber tenido buena conducta durante su internamiento” y “no estar sujeto a otro proceso penal del fuero común o federal por delito que amerite prisión preventiva oficiosa”.
Durante el desarrollo de la segunda audiencia el fiscal Granados Quiroz, encargado del caso Duarte, acusó al mandatario de haber ingresado al reclusorio, entre 2019 y 2020, latas con alcohol, un bolígrafo con cámara, haber tenido acceso a banda ancha y a un teléfono celular desde el penal, con lo cual habría mantenido comunicación con el exterior, así como de haber realizado modificaciones a su habitación.
“Su señoría, las latas eran de alcohol sólido, el señor Javier solo intentó calentar su comida y hacer un poco más cómoda su estancia. Un monstruo no hace eso. En todo caso, en un lapso de cinco años no hubo ninguna reincidencia, lo que demuestra estabilidad, adaptamiento y respeto por las reglas”, señaló.
Mientras que sobre no estar sujeto a otro proceso, el abogado especificó que en el caso por desaparición forzada, Duarte solo fue acusado por “entorpecer las investigaciones” y le impusieron la figura de prisión preventiva justificada, no oficiosa, y que no se le culpó por desaparecer a nadie, por lo que “cumple con todos los requisitos de la ley”.
“El señor aquí sentenciado ha sido materia de persecución política, mediática, baja, abusiva y con una imposición de procesos que ameritaban más de 300 años de cárcel. A lo largo de ocho años hemos logrado desvirtuar todos y cada uno de ellos […] Tristemente esa postura de persecución política, iniciada por la Fiscalía de Veracruz, ha sido replicada por la FGR, señaló.
Antonio Tarek Abdalá Saad, ex tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación de Veracruz, en el gobierno de Javier Duarte. Foto: Cámara de diputados
“Al ingresar a prisión, las propias autoridades le dijeron que si aceptaba el procedimiento abreviado tendría algunos ‘beneficios procesales’. Ahora solicitar uno de esos beneficios se ha transformado en un martirio, solo por pedir un derecho que la Constitución y la Ley prevé a su favor […] Creo que este caso es el único que han logrado que no quede en la ‘impunidad’, aún así lo toman como una derrota”, agregó.
Al tomar el uso de la voz, el fiscal Granados Quiroz acusó al exgobernador por presentar una denuncia contra Tarek Abdalá y utilizar su cuenta de Twitter, ahora X, para amenazar e intimidar a los testigos del caso.
También señaló a Javier Duarte por supuestamente robar 60 mil millones de pesos en desvíos de recursos públicos de Veracruz, razón por la cual aseguró que lo mínimo que podía hacer la jueza era “dejar que cumpla con su pena”.
En un argumento final, la FGR aseguró que existen víctimas y madres buscadoras en Veracruz que piden que el exgobernador no sea liberado. “Los que no pueden olvidarse de lo que hizo el señor Javier son las víctimas de todos los delitos que cometió, las madres buscadoras que aún no encuentran a sus hijos piden que no salga… por eso le solicito que no ceda a esta presión navideña”.
Al finalizar la audiencia, que duró casi 12 horas, la jueza concedió al exmandatario la palabra. Javier Duarte de Ochoa aprovechó la oportunidad para acusar a la FGR de querer montar un “circo mediático” del caso.
“La Fiscalía General y en particular el fiscal Granados Quiroz —titular del caso— tienen el propósito de hacer un circo mediático, un show. Es una falta de respeto para usted, para la institución que representa y para mí”, señaló el exgobernador visiblemente enojado.
Con información de Animal Político.