CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Para Fitch Ratings, el nuevo plan de apoyo a Pemex del gobierno de Claudia Sheinbaum no implica ni una mejora ni un deterioro en la calificación de México, que se mantiene en ‘BBB-’/Estable. Sin embargo, la calificadora recordó que en el pasado este tipo de estrategias sí han tenido un impacto directo en el aumento de la deuda pública.
En un análisis, Fitch expuso que el apoyo gubernamental a Pemex ya ha tenido un costo relevante para las finanzas nacionales, al contabilizarse 60 mil millones de dólares en inyecciones de capital entre 2019 y 2024, además de reducciones y diferimientos fiscales.
“Esto contribuyó de manera significativa al aumento de la deuda del gobierno general, que pasó de 40.8% del PIB en 2018 a 54.0% en 2024. A pesar de ello, la deuda financiera de Pemex apenas se redujo ligeramente hasta los 100 mil millones de dólares, mientras que la deuda con proveedores creció hasta 23 mil millones de dólares”, señaló la agencia.
La firma subrayó que este tipo de acciones de respaldo ya están incorporadas en la evaluación de la calificación soberana del país.
Pero insistió en que, si México quiere aspirar a una mejora en su nota crediticia, el apoyo debe acompañarse de una reversión operativa en Pemex. Por ejemplo, que se revise el negocio de refinación.
El riesgo de que Pemex se convierta en una mayor carga sigue presente. Si las pérdidas operativas de la petrolera aumentan y el gobierno necesita aportar más recursos, la deuda soberana crecería sin que disminuya la deuda de la empresa.
“Esto también limitaría la flexibilidad fiscal y restaría recursos a otras áreas de gasto prioritario y de consolidación, especialmente considerando que el gobierno no ha implementado reformas estructurales para ampliar su base de ingresos”, señaló Fitch Ratings.
La calificadora precisó que los principales riesgos provendrían de un impago de Pemex frente a los nuevos instrumentos financieros, ya que eso activaría las garantías soberanas o bien obligaría al gobierno a inyectar recursos para evitar el incumplimiento.
“La existencia de estos pasivos contingentes y su potencial conversión en pasivos directos es poco probable que ejerza presiones adicionales a la baja sobre la calificación soberana, que ya incorpora dichos riesgos. Nuestras proyecciones base suponen un apoyo federal continuo a Pemex, incluyendo su “línea presupuestaria” destinada al pago de la deuda de la empresa. Esa línea presupuestaria ahora incluirá los préstamos de los fideicomisos y trasladará parte de la deuda de Pemex al soberano”, detalló Fitch.
Con información de: Proceso.