
ABUYA, Nigeria (AP).- Hombres armados atacaron este día un internado católico en una región occidental de Nigeria y secuestraron a más de 200 estudiantes, informó la Asociación Cristiana de Nigeria, en el último de una serie de secuestros en el país más poblado de África.
El ataque y los secuestros tuvieron lugar en la escuela St. Mary's, una institución católica en la comunidad de Papiri, en el municipio de Agwara. Los atacantes secuestraron a 215 alumnos y estudiantes, así como a 12 profesores, según informó Daniel Atori, portavoz de la sección del estado de Níger de la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN).
“Acabo de regresar a la aldea esta noche después de visitar la escuela, donde también me reuní con los padres», declaró Atori en un comunicado, citando al Reverendísimo Bulus Dauwa, presidente de la CAN en Níger. El comunicado añadió que la asociación está trabajando «para garantizar el regreso seguro de nuestros niños”.
El Comando de Policía del Estado de Níger informó que los secuestros ocurrieron en la madrugada y que, desde entonces, se han desplegado fuerzas militares y de seguridad en la comunidad. Describió a St. Mary's como una escuela secundaria, que en Nigeria atiende a jóvenes de entre 12 y 17 años.
Una imagen satelital muestra que el complejo escolar está anexo a una escuela primaria contigua, con más de 50 edificios de aulas y dormitorios. Se encuentra cerca de una carretera principal que conecta las ciudades de Yelwa y Mokwa.
Dauda Chekula, de 62 años, dijo que cuatro de sus nietos, cuyas edades oscilan entre los 7 y los 10 años, estaban entre los escolares secuestrados.
“No sabemos qué está pasando ahora, porque no hemos tenido noticias desde esta mañana”, dijo Chekula. “Los niños que lograron escapar se han dispersado; algunos corrieron de regreso a sus casas y la única información que tenemos es que los atacantes siguen avanzando con los niños restantes hacia el monte”.
El comunicado del secretario del gobierno del estado de Níger indicó que el secuestro se produjo a pesar de las advertencias previas de inteligencia sobre el aumento de las amenazas.
“Lamentablemente, la escuela St. Mary's procedió a reabrir y reanudar las actividades académicas sin notificar ni solicitar autorización al gobierno estatal, exponiendo así a los alumnos y al personal a un riesgo evitable”, se lee en el comunicado.
Umar Yunus, residente de Papiri, dijo que solo había medidas de seguridad locales y que en el momento del ataque del viernes no había policía oficial ni fuerzas gubernamentales custodiando la escuela.
La diócesis católica de Kontagora dijo en un comunicado que un miembro del personal de seguridad resultó “gravemente herido” durante el ataque.
Mientras tanto, las autoridades clausuraron 47 de los colegios federales de unidad del país, ubicados principalmente en estados del norte azotados por el conflicto. Estos colegios —un grupo de escuelas públicas de élite con estudiantes de todo el país— serán clausurados de inmediato, según una circular emitida por el Ministerio Federal de Educación de Nigeria.
Los secuestros tuvieron lugar días después de que hombres armados atacaran el lunes una escuela secundaria y secuestraran a 25 alumnas en Maga, en el vecino estado de Kebbi, a unos 170 kilómetros de Papiri. Una de las jóvenes logró escapar y se encuentra a salvo, según informó el director del centro.
En otro ataque perpetrado el lunes en el estado de Kwara, fronterizo con Níger, hombres armados atacaron una iglesia y asesinaron a dos personas. Durante el ataque, 38 feligreses fueron secuestrados, según informó el viernes a The Associated Press Femi Agbabiaka, secretario de la Iglesia Apostólica de Cristo. Agbabiaka indicó que los secuestradores exigen un rescate de 100 millones de nairas (69 mil dólares) por cada persona secuestrada.
El presidente nigeriano, Bola Tinubu, canceló su viaje a la cumbre del G20 que se celebrará este fin de semana en Sudáfrica debido a los recientes acontecimientos. El vicepresidente Kashim Shettima representará al presidente en la cumbre, según informó la presidencia el viernes en el canal X.
“Utilizaremos todos los instrumentos del Estado para traer a estas niñas a casa y para asegurar que los perpetradores de esta maldad enfrenten todo el peso de la justicia”, dijo Shettima durante una visita al estado de Kebbi el miércoles.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de los ataques en Níger y el estado de Kebbi, pero analistas y lugareños afirman que las bandas suelen secuestrar escuelas, viajeros y habitantes de aldeas remotas para pedir rescate. Las autoridades indican que los hombres armados son en su mayoría antiguos pastores que se han alzado en armas contra las comunidades agrícolas tras enfrentamientos por la escasez de recursos.
Los secuestros se han convertido en un símbolo de la inseguridad que impera en la nación más poblada de África.
Al menos mil 500 estudiantes han sido secuestrados en la región desde que los extremistas yihadistas de Boko Haram raptaron a 276 niñas de Chibok hace más de una década. Sin embargo, los bandidos también operan en la zona, y los analistas afirman que las bandas suelen atacar escuelas para llamar la atención.
Nigeria se vio recientemente en el punto de mira después de que el presidente estadounidense Donald Trump señalara al país, afirmando que los cristianos están siendo perseguidos , una acusación que el gobierno rechazó.
Si bien los cristianos se encuentran entre los objetivos, los analistas afirman que la mayoría de las víctimas de los grupos armados son musulmanes en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana, donde se producen la mayoría de los ataques.
Analistas y residentes atribuyen la inseguridad a la falta de enjuiciamiento de los atacantes conocidos y a la corrupción desenfrenada que limita el suministro de armas a las fuerzas de seguridad al tiempo que garantiza un suministro constante a las bandas.
Eze Gloria Chidinma, de 27 años, una influencer residente en Lagos, también conocida como “Riaz Kitchen”, dijo a The Associated Press que su hermana pudo escapar de la escuela durante los ataques saltando una valla.
Chidinma dijo que no es la primera vez que su familia se ve afectada por los secuestros generalizados en el país.
“Mi madre y mi hermano mayor fueron secuestrados el año pasado. Llamamos a seguridad, llamamos a la policía, y simplemente nos dijeron que no podían hacer nada”, dijo, señalando que la familia tuvo que pagar “una enorme cantidad de dinero” para rescatarlos.
“Mi mensaje a las autoridades en este momento es que piensen en la gente. Su trabajo es proteger vidas y propiedades. La vida de las personas debería importarles”, agregó Chidinma.
Yohanna Buru, pastor y director de la Fundación para el Avivamiento de la Paz y la Reconciliación, una organización centrada en el diálogo interreligioso, pidió a las autoridades que aumenten la seguridad alrededor de las escuelas en las zonas afectadas por la crisis de seguridad.
“Si el gobierno hiciera lo suficiente, no se habrían producido tantos secuestros en todo el país”, dijo. “Es como si no les importara el futuro de nuestros hijos”.
Con información de: Proceso.