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Kevin Farrell, de los Legionarios de Cristo a ser el dirigente temporal del Vaticano

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Tras el fallecimiento del papa Francisco, el cardenal Kevin Farrell tomó el cargo como jefe interino del Vaticano, hasta que se elija un nuevo pontífice. 

Francisco murió el lunes 21 de abril, a los 88 años, debido a un derrame cerebral y un paro cardiaco, tan solo horas después de impartir la bendición “Urbi et Orbi” desde la Basílica de San Pedro en el Domingo de Resurrección.  

 

Su pérdida puso en marcha el protocolo de la Iglesia católica para honrar la memoria del pontífice y asegurar la transición del liderazgo eclesiástico.  

Durante el periodo de transición, conocido como Sede Vacante, la Iglesia permanece sin papa. En ese lapso, la máxima autoridad temporal del Vaticano recae en el camarlengo, cargo que actualmente ocupa el cardenal Kevin Joseph Farrell. 

Farrell, de 77 años, es un clérigo nacido en Dublín, Irlanda, que adoptó la ciudadanía estadunidense. Fue obispo en Dallas, Texas, y es camarlengo desde 2019.  

Sus principales funciones son:  

  • Presidir el rito de confirmación de la muerte del papa. 
  • Sellar la residencia papal.  
  • Realizar los preparativos funerarios.  
  • Redactar el “acta auténtica de defunción”.  
  • Custodiar el testamento del pontífice.  
  • Realizar los preparativos del cónclave para garantizar el orden y la confidencialidad en los procedimientos de votación.  

Además, un camarlengo se encarga de supervisar y administrar los bienes de la Santa Sede tras el fallecimiento o la renuncia de un pontífice, hasta que el Colegio Cardenalicio elija al sucesor. 

En este periodo, el camarlengo puede solicitar información económica a los departamentos del Vaticano -incluyendo detalles de asuntos extraordinarios-, así como exigir el presupuesto y el estado financiero de la Santa Sede del año en curso, anterior o próximo, de acuerdo con la Constitución Apostólica de la Curia Romana.  

En la Sede Vacante, todos los responsables de las oficinas del Vaticano interrumpen sus funciones, menos el cardenal Vicario de la diócesis de Roma, el penitenciario mayor y el cardenal camarlengo. Este último no puede tomar decisiones doctrinales ni hacer nombramientos, pero debe garantizar que los servicios sigan operando y que se cumplan las etapas del protocolo sucesorio. 

 

¿Quién es Kevin Farrell? 

 

El cardenal irlandés-estadunidense, nacido el 2 de septiembre de 1947, es un líder eclesiástico de alto rango que se vinculó a la Iglesia Católica desde joven. 

En su adolescencia se unió a los Legionarios de Cristo, una orden religiosa fundada en 1941, en México, que se vio afectada por las revelaciones de abusos cometidos por su fundador, Marcial Maciel. Luego dejó la congregación. 

Estudió en la Universidad de Salamanca, España, y en universidades religiosas de Roma, donde se tituló como teólogo y filósofo. Tiene una Maestría en Administración de Empresas por la Universidad de Notre Dame, Indiana. 

Se ordenó como sacerdote en 1978 y comenzó su ministerio pastoral en México como capellán en la Universidad de Monterrey, donde impartió seminarios de bioética y ética social.  

En 1984 viajó a Estados Unidos y se integró a la Arquidiócesis de Washington D.C., donde sirvió como pastor en diversas iglesias, dirigió organizaciones de caridad y ocupó altos cargos administrativos. 

Durante años trabajó con el excardenal Theodore McCarrick, expulsado del sacerdocio por presuntos abusos sexuales, aunque Farrell siempre negó tener conocimiento de sus actos. 

Fue elegido como director del Centro Católico Hispano en 1986, por el cardenal Seán Patrick O'Malley. De 1988 a 2007, se desempeñó como director ejecutivo de la red Caridades Católicas y como vicario general de la Curia de la Arquidiócesis. 

El papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Washington en 2001, y en 2007 fue designado obispo de Dallas, destacando en la jerarquía eclesiástica estadunidense. 

Farrell es conocido por su capacidad para la toma de decisiones y organización de actividades; habla inglés y español con fluidez, tiene dominio del italiano y del gaélico irlandés, de acuerdo con CNN.  

Su experiencia administrativa, entre otras de sus aptitudes, llamaron la atención del papa Francisco, quien lo convirtió en uno de sus colaboradores de confianza.  

En 2016, Francisco lo nombró líder del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida del Vaticano; posteriormente lo designó cardenal y, tres años más tarde, lo eligió como camarlengo. 

Ocupó puestos como presidente de la Comisión para Asuntos Confidenciales (2020), presidente del Comité para Inversiones (2022) y presidente del Tribunal Supremo del Estado de la Ciudad del Vaticano (2023). 

También fue invitado a formar parte de las juntas directivas que supervisan y administran las propiedades de la Santa Sede.  

El cardenal apoyó los ideales y acciones del difunto papa Francisco. Aseguró que el pontífice acercó la Iglesia a los fundamentos del cristianismo y calificó su liderazgo como “feroz” y “sin precedentes”.  

El papel de Farrell durante la Sede Vacante es esencial para el funcionamiento operativo del Vaticano y para aligerar el proceso de transición papal.

 

 

 

 

 

Con información de: Proceso.

Tips al momento

Una elección nada recomendable

A una semana de la elección judicial y cuando aun no se conocen la mayoría de los resultados para los diferentes cargos, lo que llevará todavía unos días más, y a pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum, la consideró como "maravillosa", por lo pronto la Organización Estados Americanos (OEA) , consideró que este modelo no puede ser llevado a otro países.

Las razones según lo explica el analista Juan Ortiz, en sus redes sociales, fue debido a la baja participación de solamente un 13% del electorado, lo que evidencia el desinterés y por ende, la alta abstención. También, al considerarse como un riesgo para la independencia judicial.

Además, el que fue una reforma apresurada en su implementación, sin debate plural, ni gradualidad y un limittado análisis técnico. También, el que los requisitos fueron insuficientes, pues los criterios utilizados para las candidaturas, no garantizan idoneidad ni evitan politización.

Uno de los señalamientos, fue la complejidad de las boletas, que derivaron en confusión entre los electores y demoras a la hora de votar.

Otro punto, es que la difusión fue insuficiente, lo que no permitió conocer información sobre cargos y candidatos. También salió a relucir, las limitaciones al presupuesto al INE, que se tradujo en la reducción del número de casillas y que afectó la organización.

Y desde luego, los “acordeones” que dieron el sello distintivo a esta elección pues hubo denuncias sobre los listados que circularon, especialmente desde la 4T, que según se ha dicho, son considerados como propaganda ilegal y coacción al voto. Así la evaluación a una semana de esas elecciones. ¿Qué otros “detalles” saldrán en los próximos días?, ya se verá, comentan.

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