SAN SALVADOR, El Salvador (AP).- Los directores de escuelas de El Salvador comenzaron esta semana a saludar individualmente a los estudiantes en las puertas de las escuelas, no sólo para desearles “buenos días”, sino también para inspeccionar sus cortes de pelo y uniformes escolares.
El presidente Nayib Bukele ha ampliado sus esfuerzos para remodelar su país a la apariencia estudiantil como parte de devolver la disciplina a las escuelas, que alguna vez fueron un campo de reclutamiento para las poderosas pandillas del país.
Su recién nombrada ministra de Educación, Karla Trigueros, es una capitana del ejército y médica que visita las escuelas del país vistiendo uniforme militar.
El lunes envió un memorando a todos los directores de las escuelas diciendo que no solo se les exigiría un alto estándar como modelos a seguir para los estudiantes, sino que también debían estar en la puerta buscando uniformes limpios y prolijos, cortes de pelo “apropiados” y saludos formales de los estudiantes.
El incumplimiento de las directivas se consideraría una “grave falta de responsabilidad administrativa”, dijo Trigueros en el memorando.
Las normas ya existían, pero no se aplicaban. La orden generó filas en las barberías de todo el país, donde los chicos esperaban cortes de pelo limpios, altos y ajustados, y muchos estudiantes publicaron videos de ellos mismos siendo rapados.
Bukele es un líder millennial que se inclinó por las gorras de béisbol y los jeans durante su primer mandato, pero ha adoptado una mayor formalidad en el segundo. Compartió el memorando el día X, escribiendo: «Para construir el El Salvador que soñamos, es evidente que debemos transformar por completo nuestro sistema educativo».
Como anécdota, los padres también parecieron apoyar la última medida del muy popular presidente.
“Siento que está bien, así se les va enderezando desde pequeños”, dijo el jueves la madre María Barrera al ver a su hijo ingresar al colegio Concha Viuda de Escalón.
“No lo sabía, pero mi hijo vino limpio, aunque con un poco de pelo”, dijo María Segovia, quien lleva a su hijo a la escuela camino al trabajo. “Lo llevé a la peluquería hoy. Vamos a obedecer porque está bien”.
El padre Ramón Valladares aludió a las poderosas pandillas que dominaban los barrios y reclutaban a escolares durante años antes de la ofensiva de Bukele, que ha encarcelado a más de 88 mil personas sospechosas de tener vínculos con pandillas. En aquel entonces, los profesores temían imponer medidas disciplinarias a los estudiantes que pudieran tener vínculos con pandillas.
“Ahora que el gobierno está poniendo orden, quizá a la gente no le guste, ¿verdad?”, dijo Valladares. “Pero hay familias como la nuestra que tienen la mente abierta ante cualquier situación. Así que, para mí, es genial”.
Un estudiante que fue sacado de la fila y se identificó sólo como Juan dijo que lo atraparon por no tener una insignia de la escuela en el bolsillo de su camisa.
"Prometí traerlo mañana", dijo. "Pensé que no era tan grave y me puse otra camisa".
Vicky Alvarado, directora del Instituto Nacional Francisco Menéndez, dijo “el estudiante siempre entra, nunca se le prohíbe la entrada, lo que hacemos es llamar la atención para que cumplan”.
El gobierno de Bukele alegó recientemente que las pandillas intentaban restablecerse a través de las escuelas. En junio, más de 40 estudiantes fueron arrestados en tres escuelas públicas de la capital, San Salvador.
Uno de los sindicatos de docentes del país dijo que apoyaba la nueva orientación, pero creía que era necesario ajustar las leyes que protegen a los niños y que dificultan la imposición de la disciplina escolar.
“Muchos docentes, en su afán por lograr orden y disciplina en las escuelas, fueron denunciados y muchos fueron sancionados”, afirmó Paz Zetino Gutiérrez, secretaria del Sindicato de Maestros de Escuelas Públicas de El Salvador.
Los intentos de regular los peinados en los distritos escolares estadounidenses han causado furor. Algunos fueron criticados por afectar desproporcionadamente a los estudiantes de color y por intentar negar las identidades culturales y religiosas.
Sin embargo, el abogado de derechos humanos Jayme Magaña criticó las instrucciones y dijo que los requisitos del memorando de Trigueros podrían crear dificultades para las familias con recursos limitados.
“Si las mamás no pueden pagar la peluquería, si en sus casas no tienen agua, (ni) luz para planchar, si no les han regalado zapatos, póngase en esa posición ministro (Trigueros), y vístase de civil”, escribió Magaña en X.
Bukele criticó a quienes llamó “haters” en una publicación en X el jueves por la noche, diciendo que los críticos acusan a Trigueros de reprimir a los estudiantes por un video de chicas pidiéndole un autógrafo.
Con infromación de: Proceso.