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El Guasón II, Emilia Pérez y yo (I de II partes)

No recuerdo haberlo escrito, pero a mí, los musicales me matan; como que sacan mi lado femenino; más allá de que, durante décadas, hayan sido una de las formas más fascinantes y emotivas de narrar historias, a mí me derriten. Mamma Mia lo he visto no sé cuántas veces —en vivo o en la televisión—, al igual que Mentiras que, con toda facilidad lo he visto una diez u once veces. El último musical espectacular que vi fue Moulin Rouge en Broadway.

Los musicales no sólo resultan entretenidos, sino que también ofrecen una manera visceral de conectar con las emociones humanas porque transportan a la audiencia a mundos donde las palabras no tienen cabida, donde el discurso no basta, y la música y las canciones se convierten en el instrumento primordial que se expresa en un lenguaje poliédrico, multifuncional.

En el panorama contemporáneo, dos producciones destacan por su manufactura y el modo en que han capturado la atención del público y la crítica: El Guasón II (Joker: Folie à Deux) y Emilia Pérez; ambas, creo yo, reinterpretan el género musical porque lo abordan desde ángulos completamente diferentes.

Antes, un obligado paréntesis, no voy a adelantar escenas ni, menos, detalles significativos o finales de ningún tipo, pero, si usted es una persona que peca de sensible (o idiota) y siente que existe el fundado temor de que se cuele un spoiler —todo pude ocurrir en la viña del Señor—, pare de leer aquí y felices fiestas para todos, yo y mi progenitora incluidos.

El Guasón II podríamos denominarlo también, sin problemas, como La Oscuridad (o la Locura) al ritmo de música que hizo las delicias de varias generaciones. Todos saben que, desde el principio, Todd Phillips, el realizador, sorprendió a todos al anunciar que la secuela de El Guasón sería un musical. Protagonizada de nueva cuenta por Joaquin Phoenix, en su papel de Arthur Fleck, y con la aparición de Lady Gaga, como Harley Quinn, Joker: Folie à Deux, constituye una propuesta audiovisual completamente distinta.

Cuando uno espera ver ese alarde de efectos especiales, de luces y truenos y rayos y centellas que son las películas de superhéroes (piénsese en Marvel, sólo por citar un ejemplo), llega esta atrevida oferta que a muchos desagradó, pero a mí me gustó muchísimo, precisamente por inteligente, original, bien hecha y porque, nos guste o no, atrapa la esencia de esos dos loquillos que son El Guasón y Harley Quinn, personajes icónicos y entrañables de ese mundo en varios sentidos fantástico que es el de Batman.

La crítica principal vino de esos mentecatos que sienten que el tono oscuro y realista de la primera película se diluye en un exceso de teatralidad. Al carajo, el cine, el teatro, ¡el arte!, en general, son instrumentos que sirven para expresar —como el autor discurra— emociones, sentimientos, ideas, pensamientos, etc.; por lo demás, quien opine desde la crítica más acerva, olvida que la aparición de Lady Gaga —una cantante conocida por su capacidad para fusionar el drama y la música— constituye el ingrediente perfecto para justificar ese giro audaz. Si no la ha visto, véala; si la vio y no le gustó, vuélvala a ver; ando generoso, le voy a dar la oportunidad de que rectifique.

Abordé el asunto de El Guasón primero porque me pareció el más sensishito (diría algún argentino).

Lo difícil viene luego.

Continuará…

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Luis Villegas Montes

luvimo6608@gmail.com   luvimo6614@hotmail.com

 


 

Tips al momento

Una elección nada recomendable

A una semana de la elección judicial y cuando aun no se conocen la mayoría de los resultados para los diferentes cargos, lo que llevará todavía unos días más, y a pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum, la consideró como "maravillosa", por lo pronto la Organización Estados Americanos (OEA) , consideró que este modelo no puede ser llevado a otro países.

Las razones según lo explica el analista Juan Ortiz, en sus redes sociales, fue debido a la baja participación de solamente un 13% del electorado, lo que evidencia el desinterés y por ende, la alta abstención. También, al considerarse como un riesgo para la independencia judicial.

Además, el que fue una reforma apresurada en su implementación, sin debate plural, ni gradualidad y un limittado análisis técnico. También, el que los requisitos fueron insuficientes, pues los criterios utilizados para las candidaturas, no garantizan idoneidad ni evitan politización.

Uno de los señalamientos, fue la complejidad de las boletas, que derivaron en confusión entre los electores y demoras a la hora de votar.

Otro punto, es que la difusión fue insuficiente, lo que no permitió conocer información sobre cargos y candidatos. También salió a relucir, las limitaciones al presupuesto al INE, que se tradujo en la reducción del número de casillas y que afectó la organización.

Y desde luego, los “acordeones” que dieron el sello distintivo a esta elección pues hubo denuncias sobre los listados que circularon, especialmente desde la 4T, que según se ha dicho, son considerados como propaganda ilegal y coacción al voto. Así la evaluación a una semana de esas elecciones. ¿Qué otros “detalles” saldrán en los próximos días?, ya se verá, comentan.

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