El presidente Donald Trump firmó el martes un decreto para aliviar la carga de los aranceles a los fabricantes de automóviles en Estados Unidos que usan piezas importadas, con el fin de evitar una acumulación de estos impuestos en vigor desde principios de abril.
El anuncio se realizó cuando Trump celebrará el martes por la noche sus primeros 100 días de su segundo mandato en un mitin en Warren, cerca de Detroit, el corazón de la industria automovilística estadounidense.
"Sólo queremos ayudarlos durante este período de transición. A corto plazo", dijo el presidente antes de partir.
Los fabricantes quedarán así exentos de pagar otros impuestos aduaneros, como los del acero o el aluminio.
Pagarán la cantidad "más alta", había dicho antes un funcionario del Departamento de Comercio.
El presidente también decidió aplicar una medida temporal para reducir la factura aduanera a los fabricantes que producen y venden sus vehículos en Estados Unidos.
El objetivo es "proteger la seguridad nacional fomentando la producción nacional de automóviles y reduciendo la dependencia de Estados Unidos de las importaciones de vehículos extranjeros y sus componentes", según el texto.
Para todos los vehículos fabricados y vendidos en Estados Unidos que utilicen piezas importadas, los fabricantes estadounidenses y extranjeros podrán deducir el 15% del precio de venta recomendado el primer año, y el 10% el segundo, de los aranceles del 25% sobre las importaciones siguientes.
Esto equivale a una deducción del 3,75% del precio recomendado el primer año (del 3 de abril de 2025 al 30 de abril de 2026) y del 2,50% el segundo (del 1 de mayo de 2026 al 30 de abril de 2027).
Se trata de "una deducción y no un reembolso", había explicado el funcionario del Departamento de Comercio, al indicar que los fabricantes consideraron que ese período de dos años era suficiente para establecer una cadena de suministro en Estados Unidos.
Por el momento las piezas procedentes de Canadá y México quedan exentas de los aranceles si entran dentro del tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC).
Los líderes de la industria habían presionado al Gobierno desde que Trump reveló por primera vez sus aranceles del 25% a los vehículos importados y las piezas de automóviles.
Los gravámenes, destinados a obligar a los fabricantes de automóviles a reubicar la fabricación en el país, habían amenazado con perturbar una red deproducción automotriz norteamericana integrada a través de Estados Unidos, Canadá y México.
Esto ofrece a la industria un "pequeño alivio" mientras las empresas invierten en más producción en Estados Unidos, dijo Trump al salir de Washington hacia Michigan. "Solo queríamos ayudarles (...) si no pueden conseguir piezas, no queríamos penalizarles".
La incertidumbre desatada en todo el sector por los aranceles de Trump se mantuvo el martes cuando General Motors (GM) retiró su pronóstico anual, pese a que reportó fuertes ventas y ganancias trimestrales.
En un movimiento inusual, el fabricante de automóviles también optó por retrasar una conferencia telefónica programada con analistas, hasta que se conocieran los detalles de los cambios arancelarios.
Mientras tanto, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, dijo a CNBC que había llegado a un acuerdo con una potencia extranjera que debería aliviar permanentemente los aranceles "recíprocos" que Trump planea imponer.
Lutnick no quiso identificar el país, diciendo que el acuerdo estaba pendiente de aprobaciones locales. "Tengo un acuerdo cerrado (...) pero tengo que esperar a que su primer ministro y su parlamento den su aprobación", sostuvo el funcionario.
Los comentarios de Lutnick ayudaron a levantar aún más los precios de las acciones que habían sido golpeados por las medidas de Trump para reformar el comercio mundial y obligar a los fabricantes de bienes a trasladar la producción a Estados Unidos.
Con información de: El economista.