Los trastornos neurológicos son actualmente la principal fuente de discapacidad a nivel mundial y, entre ellos, el de más rápido crecimiento en el mundo y en México, es la enfermedad de Parkinson, que actualmente se ha puesto en la atención pública debido a la muerte del rockero Ozzy Osbourne, quien hace cinco años dio a conocer que padecía este mal.
De acuerdo con un estudio global encabezado por E. Ray Dorsey y publicado en 2018 en el Journal of Parkinson Disease, entre 1990 y 2015, “el número de personas con enfermedad de Parkinson se duplicó hasta alcanzar más de 6 millones… esta cifra se duplicará hasta superar los 12 millones en 2040.
En México, donde no hay cifras oficiales sobre Parkinson, la incidencia anual promedio de la enfermedad pasó de ser de 8.2 casos por cada 100 mil habitantes en 2014 a 10.8 en 2018, según calcularon Daniel Martínez-Ramírez, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey, y su equipo.
Según la publicación de Martínez-Ramírez en la revista Salud pública de México de agosto de 2022, la incidencia de la enfermedad de Parkinson es mucho más grande en ciertas regiones del país que en otras.
Así, los estados con mayor incidencia anual son Sinaloa (27.6), Colima (23.5) y Durango (20), mientras que los estados con menor incidencia son Querétaro (4.6), Zacatecas (3.8) y Guanajuato (3.3).
Causas desconocidas y detección tardía
El equipo de Dorsey señala que las causas del rápido crecimiento del Parkinson son, principalmente, el envejecimiento y factores como las crecientes longevidad e industrialización. Además, previamente habían encontrado que el riesgo de padecer la enfermedad aumenta con la edad y es más frecuente en hombres.
“Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el Parkinson ha sido un trastorno poco común. Sin embargo, la demografía y los subproductos de la industrialización han creado ahora una pandemia de Parkinson”, concluyen Dorsey y su equipo.
“A pesar de que el Parkinson fue descubierto hace casi 300 años, sus causas aún son desconocidas para la ciencia”, comentó a Fundación UNAM Luis Delgado Reyes, profesor de Neurología de la Facultad de Medicina de esa universidad, lo cual implica que tampoco se sabe cómo prevenir esta enfermedad.
Por tanto, lo único que se puede hacer es acudir al médico tan pronto como se presentarse alguno de los síntomas del Parkinson, que es el resultado, como explicó Pavel Ernesto Rueda Orozco a la Gaceta UNAM, de la muerte de las “neuronas dopaminérgicas de la substantia nigra pars compacta”.
Rueda Orozco, del Instituto de Neurobiología de la UNAM, añadió que el problema es que los síntomas se presentan ya que ha muerto entre 80 y 90% de esas neuronas, parte de un proceso degenerativo que no puede detenerse.
¿Hacia los diagnósticos por IA?
Aunque, debido al gran avance en la medicina, los pacientes con Parkinson pueden tener una calidad de vida digna, esta es mejor mientras más pronto se detecte la enfermedad, lo que depende de personal médico entrenado en neurología, que además debe atender padecimientos como la epilepsia, la migraña, el Alzheimer y la esclerosis múltiple .
Desafortunadamente, en muchos países la cantidad de neurólogos es reducida. De acuerdo con un cálculo publicado en MedicinaDigital, hay “poco más de mil 800 neurólogos en México, lo que se traduce en un promedio de un especialista por cada 72 mil habitantes... una proporción insuficiente para atender la alta demanda de este tipo de problemas".
Preocupados por realidades como esta, diversos equipos de desarrolladores informáticos están tratando de hacer diagnósticos más accesibles con inteligencia artificial (IA) y en línea.
Uno de los más recientes y promisorias fue una herramientas hecha en la Universidad de Rochester, la cual pide a los usuarios que reciten oraciones cortas que utilizan las 26 letras del alfabeto. La IA analiza las grabaciones de voz en busca de patrones sutiles relacionados con el Parkinson, y en unos segundos da un diagnóstico con una precisión de 85.7 por ciento.
Ciertamente, los pacientes de Parkinson tienen sobre todo síntomas motores, pero se ha demostrado que el 89% de las personas con el padecimiento “tienen una deformidad en la voz" que puede usarse como indicador de la enfermedad, señalaron los desarrolladores en la revista Nature del pasado 20 de junio.
Con información de Latinus