El reciente restablecimiento del bloqueo a las exportaciones de ganado desde México hacia Estados Unidos ha levantado una ola de inquietud y molestia entre productores ganaderos, particularmente del norte del país.
Álvaro Bustillos, expresó su indignación frente al repentino regreso del bloqueo, señalando que “esto es consecuencia de la descoordinación y de la desconexión que tienen entre autoridades”, refiriéndose tanto a las instituciones mexicanas como estadounidenses.
Según Bustillos, el protocolo binacional establecido para asegurar el estado sanitario del ganado ha sido cumplido rigurosamente por parte de México. Dicho protocolo incluye dos preinspecciones antes de llegar a la frontera, una inspección cuarentenaria adicional, y hasta una aplicación preventiva de ivermectina.
A pesar de estos controles, el bloqueo fue reactivado lo que hace pensar a algunos actores del sector en un trasfondo político o de presión comercial.
También criticó la falta de interés por parte del gobierno mexicano en coordinarse eficazmente con su contraparte estadounidense: “Los americanos están poniendo los aviones, están poniendo los recursos, están poniendo la mosca y los mexicanos no nos podemos coordinar. ¿Cuál es el problema?”
El bloqueo, de continuar, tendría un fuerte impacto económico en estados ganaderos clave como Chihuahua, Sonora y Durango, quienes podrían ver comprometidas sus exportaciones por errores administrativos más que por fallas sanitarias.