Desde hace unos meses, los grandes modelos de lenguaje con Inteligencia Artificial (IA) están superando a los seres humanos en prácticamente todos los terrenos, desde los diagnósticos médicos especializados hasta la generación de contenido. Sin embargo, a la hora de empatizar, todavía queremos creer que los seres humanos somos mejores, al menos eso es lo que demuestra una investigación publicada este lunes.
La investigación, según el reporte publicado en la revista Nature Human Behaviour consistió en nueve experimentos con un total de 6 mil 282 participantes, a quienes se pidió que evaluaran la empatía de una series de respuestas, dependiendo de si estas provenían de un ser humano o de un chatbot de IA.
El secreto, que no se informó a los participantes, es que todas las respuestas habían sido elaboradas por alguno de los grandes modelos de lenguaje o chatbots.
Aun así, los participantes calificaron de manera consistente las respuestas etiquetadas como "humanas" como más empáticas, más comprensivas y más satisfactorias emocionalmente que las respuestas idénticas que tuvieran la etiqueta de "IA".
"Estamos entrando en una era en la que la IA puede producir respuestas que parecen y suenan empáticas", afirmó en un comunicado de prensa la profesora Anat Perry, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, pero la investigación que condujo demuestra que, incluso si la IA puede simular empatía, las personas siguen prefiriendo sentir que otro ser humano realmente las comprende, las acompaña y se preocupa por ellas.
Las personas participantes tuvieron una preferencia especial por las respuestas que mostraban comprensión emocional y muestras de cuidado en lugar de la simple comprensión cognitiva; de hecho, estuvieron dispuestas a esperar días o hasta semanas para recibir una respuesta humana en lugar de una de chatbot.
Incluso cuando los participantes creyeron que una IA podría haber ayudado a un ser humano a generar o editar una respuesta, sus sentimientos positivos disminuyeron significativamente.
En otras palabras, creer que alguien invirtió tiempo y esfuerzo emocional en respondernos desempeña un papel fundamental en cómo experimentamos la empatía.
Perry comenta que este último hallazgo es importante, pues cuanto más dependemos de la IA para elaborar correos y otras comunicaciones personales, más se corre el riesgo de que nuestras palabras les suenen vacías a nuestros interlocutores.
También señala que, aunque el uso de la IA en entornos educativos, sanitarios y de salud mental, el estudio muestra que “en los momentos que requieren una conexión emocional profunda, las personas siguen buscando el contacto humano”.
Con información de Latinus