La Suprema Corte de Estados Unidos acordó el jueves escuchar un caso sobre las restricciones estatales sobre a qué equipos deportivos escolares femeniles pueden unirse las atletas transgénero.
Los jueces anunciaron que revisarán los fallos de tribunales inferiores a favor de las atletas transgénero en Idaho y Virginia Occidental.
El caso afecta específicamente a dos estudiantes transgénero, Lindsay Hecox y Becky Pepper-Jackson, que desafiaron respectivamente vetos estatales en Idaho y Virginia Occidental.
La cadena NBC News recordó que ambas han ganado resoluciones judiciales que les permiten seguir compitiendo. Hecox, de 24 años, está bajo tratamiento con estrógenos y supresión de testosterona, mientras que Pepper-Jackson, de 15, toma medicación para bloquear la pubertad.
Los argumentos orales se espera que tengan lugar más avanzado el año y la decisión hacia junio de 2026.
Idaho se convirtió en 2020 en el primer estado estadounidense en vetar la competición de alumnos trans en equipos coincidentes con su identidad de género.
BATALLA
La batalla nacional por la participación de niñas transgénero en equipos deportivos femeninos se ha desarrollado tanto a nivel estatal como federal, ya que los republicanos han instrumentalizado el tema como una lucha por la equidad deportiva para mujeres y niñas.
Más de dos docenas de estados han promulgado leyes que prohíben a las mujeres y niñas transgénero participar en ciertas competiciones deportivas. Algunas políticas han sido bloqueadas en los tribunales.
A nivel federal, la administración Trump ha presentado demandas e iniciado investigaciones sobre las políticas estatales y escolares que han permitido a los atletas transgénero competir libremente.
Esta semana, la Universidad de Pensilvania modificó tres récords escolares establecidos por la nadadora transgénero Lia Thomas y anunció que se disculparía con las atletas femeninas "desfavorecidas" por su participación en el equipo femenino de natación, como parte de la resolución de un caso federal de derechos civiles.
Su conclusión supuso un importante retroceso para los derechos de las personas trans no solo en Tennessee, ya que en más de 20 estados (casi la mitad de Estados Unidos) se habían aprobado medidas similares.
Trump y otros detractores de la participación de atletas transgénero en competiciones femeninas sostienen que estas deportistas cuentan con una ventaja injusta, una afirmación que la comunidad científica no respalda.
Su orden ejecutiva de febrero se basó en una interpretación del Título IX, una histórica ley federal de derechos civiles aprobada en 1972 y que prohíbe la discriminación por razón de sexo en cualquier escuela o programa educativo que reciba fondos federales.
Tomado de Latinus
Con información de EFE y AP