Ciudad Juárez, Chihuahua. 02/07/2025 (Más) — Adriana Estupiñón pensó que el duelo por la muerte de su madre comenzaba a sanar. Pero la noticia del hallazgo de 383 cuerpos sin identificar en el Crematorio Plenitud reavivó todo el dolor. “Todo me volvió a revivir, desde que ella cayó al hospital”, dijo al salir de la Fiscalía General del Estado (FGE) en la Zona Norte. Su incertidumbre surgió al saber que la funeraria Latinoamericana, con la que contrató la cremación de su madre, subcontrataba servicios con el crematorio ahora bajo investigación.
Como ella, decenas de personas acudieron el martes 2 de julio a la Fiscalía, al Servicio Médico Forense (Semefo) y a funerarias de Ciudad Juárez, en busca de respuestas: quieren saber si las cenizas que recibieron pertenecen realmente a sus seres queridos o si sus cuerpos se encuentran entre los ocultos en condiciones insalubres en el establecimiento ubicado en la colonia Granjas Polo Gamboa, descubierto el pasado 26 de junio.
Un crematorio fuera de control
El crematorio Plenitud operaba sin supervisión ni regulación desde hace tres años. Dos personas han sido detenidas por el caso: José Luis A.C., dueño del lugar, y Facundo Teófilo M.R., empleado. De acuerdo con el fiscal César Jáuregui Moreno, al menos seis funerarias contrataban sus servicios: Luz Divina, Capillas Protecto Deco, Del Carmen, Ramírez, Latinoamericana y Amor Eterno.
Entre los documentos requeridos a las familias para iniciar el proceso de verificación están fotos del fallecido (preferentemente donde se vean los dientes), actas de nacimiento, identificaciones y certificados de cremación. También se pide a los familiares directos aportar datos específicos como tatuajes, cirugías o características físicas.
“¿Mi madre está entre los cuerpos?”
La duda es devastadora. “Vengo a ver si mi mamá está en el crematorio… prácticamente llevo mi luto todavía como para saber que mi mamá está ahí. No se me hace justo”, expresó Adriana, cuyo altar en casa guarda cenizas que ya no sabe si son las de su madre.
Como ella, Gloria Criollo Martínez, que contrató paquetes funerarios en la misma empresa para su madre y padre fallecidos en 2021 y 2024, exige saber la verdad. “Pensábamos que ahí se acababa el proceso y resulta que no. Queremos saber si realmente son nuestros familiares y, si lo son, recuperarlos”, dijo.
Documentos faltantes y evasivas
Una de las exigencias principales es el certificado de cremación, expedido por el Registro Civil. Pero varias personas denunciaron que en funerarias como Latinoamericana se les negó ese documento o se les dio evasivas. Magdalena Fernández, por ejemplo, pidió saber dónde fue cremado su esposo fallecido en 2021, pero le dijeron que “esa información es confidencial”.
Mientras tanto, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) suspendió operaciones en algunos establecimientos, entre ellos la funeraria Latinoamericana. Sin embargo, el establecimiento argumentó que actualmente trabaja con otros crematorios y que las familias deben revisar los certificados que recibieron al momento del servicio.
Otras funerarias como Ramírez y Amor Eterno han rechazado públicamente haber tenido vínculos con Plenitud, a pesar de haber sido señaladas por la fiscalía.
Crimen, desorden e impunidad
“Esto es una falta de responsabilidad enorme, es como un crimen”, denunció Julio Alvizo, cuya esposa murió en 2021. Exigió al gobierno acelerar el proceso de identificación y mejorar la coordinación, ya que muchos familiares aseguran no tener claro ni cuál es el primer paso.
En apenas dos días, al menos 89 personas se presentaron ante la fiscalía para solicitar información sobre los cadáveres encontrados. En muchos casos, además del dolor y la incertidumbre, los familiares se enfrentan a la desorganización, la falta de respuestas claras y un proceso institucional que no da abasto ante la magnitud del escándalo.
El caso del Crematorio Plenitud ha destapado una crisis en el sistema funerario y forense del estado, y ha puesto al descubierto la necesidad urgente de mayor vigilancia, control y transparencia en el manejo de cuerpos humanos, especialmente en un contexto donde el dolor y el respeto a los muertos no pueden ser negociables. Mientras tanto, las familias esperan con angustia una sola verdad: ¿dónde están sus muertos?
Con información de: Massinformación.