EFE.- El mayor canje de prisioneros de guerra entre Ucrania y Rusia trae alivio a sus familias, pero, no supone un avance hacia el alto el fuego o la paz, mientras Rusia continúa sus ataques contra la población civil ucraniana.
Este sábado, 307 ucranianos regresaron a su país en el segundo día del intercambio de los mil prisioneros alcanzado por Kyiv y Moscú la semana pasada en Estambul, con lo que el número total de soldados y civiles liberados del cautiverio ruso en los dos últimos días asciende a 697. Se espera que otros 303 regresen el domingo, según las autoridades ucranianas.
Videos difundidos por medios de comunicación ucranianos mostraban a los cautivos cansados y delgados que sonreían al llamar a sus familias por primera vez tras meses o años aislados.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia, confirmó también el regreso de otros 307 prisioneros de guerra que Ucrania retenía, esto como parte del cumplimiento del acuerdo entre ambas naciones.
"Actualmente, los militares rusos se encuentran en el territorio de la República de Bielorrusia, donde reciben la asistencia psicológica y médica necesaria", señaló Defensa en un comunicado publicado en Telegram.
Todos, añade la nota, serán trasladados a la Federación de Rusia para recibir tratamiento médico y de rehabilitación en hospitales del Ministerio de Defensa.
"El canje (de prisioneros) de envergadura que se lleva a cabo por iniciativa de la parte rusa continuará", concluye el comunicado.
Rusia sigue atacando
A pesar del intercambio, en Ucrania hay pocas esperanzas de que Rusia acepte por fin un alto el fuego incondicional, ofrecido desde hace meses por Ucrania y sus socios internacionales.
Hasta 14 misiles balísticos y 250 drones kamikazes, de largo alcance rusos, atacaron el país en la noche del viernes, incendiando múltiples edificios residenciales e hiriendo al menos a quince civiles solamente en Kyiv.
"Uno nunca se acostumbra al horrible sonido de los drones sobrevolando tu casa, no creo que mis amigos en el extranjero lleguen a entendernos", dijo a EFE desde la capital ucraniana Olia Tsuprikova, de 35 años, activista social desplazada desde la región oriental de Donetsk, ocupada por Rusia.
Las acciones de Rusia, cuyos ataques han reducido de nuevo edificios a escombros y han matado a civiles, "hablan más alto que las palabras" cuando se trata de responder si Rusia quiere la paz, afirmó Tsuprikova.
Sin esperanza de negociaciones genuinas
Políticos y analistas ucranianos también se muestran escépticos sobre la voluntad de Rusia de entablar auténticas conversaciones de paz.
Oleksandr Merezhko, jefe de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento, explicó a EFE que el presidente ruso, Vladímir Putin, "sigue empeñado en destruir Ucrania".
"Rusia solamente 'finge' participar en negociaciones para evitar sanciones más fuertes contra sus sectores energético y financiero por parte del presidente estadounidense" subrayó.
"Putin y su círculo más cercano 'están seguros' de que están ganando la guerra y de que pueden lograr sus objetivos continuándola" señaló a EFE, Oleksi Melnik, analista de seguridad internacional del Centro Razumkov de Kyiv.
"No necesitan realmente negociaciones genuinas en este momento y son bastante abiertos al respecto", subrayó.
Con información de Latinus