Hasta ahora se pensaba que la lepra era una de las diversas enfermedades que llegaron al continente americano desde Europa a partir de 1492, pero un nuevo estudio ha reconstruido, a partir de esqueletos de seres humanos encontrados en Chile, dos genomas de cuatro mil años de antigüedad de un patógeno que causa una forma de lepra poco común.
La lepra bíblica y la “nueva” lepra
Quizá por sus vistosos síntomas y su acción lenta, la lepra, también llamada enfermedad de Hansen, es una de las enfermedades mejor identificadas del mundo antiguo, y se considera que la bacteria que la causa, Mycobacterium leprae, se originó en Eurasia hace unos siete mil años.
Además de sus menciones en la Biblia y otras fuentes documentales, existen múltiples registros arqueológicos de lepra en Europa, Asia y Oceanía, pues la infección prolongada de esta enfermedad puede provocar cambios característicos en los huesos, que se han documentado en esqueletos de hace cinco mil años.
Sin embargo, hace relativamente poco se identificó una especie de bacteria ligeramente diferente que también causa lepra, a la que se llamó Mycobacterium lepromatosis. Este es el patógeno cuyo ADN fue encontrado en los esqueletos de Chile por un equipo del Instituto Max Planck para Antropología Evolutiva y la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Al principio, el equipo encabezado por Kirsten Bos, que este lunes reportó su hallazgo en la revista Nature Ecology & Evolution sospechaba que la lepra de los esqueletos era la “clásica” causada por Mycobacterium leprae, pero el análisis genético encontró que era la de M. lepromatosis.
“Queda por determinar si la enfermedad se originó en América o si llegó a algunos de los primeros pobladores de Eurasia. Hasta ahora, la evidencia apunta a un origen americano, pero necesitaremos más genomas de otros períodos y contextos para estar seguros”. Kirsten Bos, en un comunicado de prensa.
Las lepras aún existen
La lepra es una enfermedad lenta y crónica que, además de las ocasionales deformaciones esqueléticas, genera lesiones en la piel y los nervios periféricos, lo que causa un aumento de sensibilidad al dolor; a la larga puede ocasionar desfiguración y discapacidad física por las lesiones óseas.
Actualmente, esta enfermedad existe en más de 100 países, incluido México, pues a pesar de ser una infección poco contagiosa y curable con un tratamiento (que en México es gratuito), el acceso al mismo varía considerablemente según las condiciones socioeconómicas.
Según comentó a principios de este año Roberto Arenas Guzmán, de la Facultad de Medicina de la UNAM, se calcula que a nivel mundial hay unos 174 mil casos de lepra, 200 de los cuales estarían en México, según la Secretaría de Salud.
Rodrigo Nores, de la Universidad de Córdoba, está convencido de que, en los próximos años, se identificarán más casos de lepra causados por M. lepromatosis, tanto antiguos como modernos: “Esta enfermedad estuvo presente en Chile hace cuatro mil años, y ahora que sabemos que estaba allí, podemos buscarla específicamente en otros contextos”.
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Con información de Latinus