CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- A dos semanas de las elecciones judiciales, el bloque mayoritario de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dio la vuelta a la prohibición para llevar a cabo eventos de proselitismo.
Los tres magistrados encabezados por la presidenta Mónica Aralí Soto Fregoso, ordenaron al Instituto Nacional Electoral (INE) autorizar la organización de “mesas de diálogo” y “encuentros”, invitando al 50% de los candidatos que compitan por un mismo cargo.
Mónica Soto llamó a que el INE revierta la prohibición en un plazo de 24 horas, “dado los tiempos que estamos ya, a pocos días de la jornada electoral”.
Las reglas de las elecciones judiciales prohíben que entes públicos o privados – universidades, sindicatos, organizaciones civiles–organicen eventos para favorecer a ciertos candidatos; en cambio, permiten llevar a cabo “foros de debate”, siempre y cuando los organizadores inviten a por lo menos la mitad de los contendientes por un mismo cargo, y que los candidatos registren sus actos de campaña.
El pasado 29 de marzo, Dora Alicia Martínez Valero, candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), preguntó al INE si las mismas reglas se aplicarían en eventos tipo “mesas de diálogo” y los “encuentros”; el 19 de abril, el organismo autónomo le reviró con la afirmativa.
Acto seguido, 10 candidatos –incluyendo tres a la SCJN–, un sindicato adscrito a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la organización civil PoderCiudadano impugnaron la respuesta del INE, para exentar las “mesas de diálogo” y los “encuentros” de las restricciones contempladas en el marco de las elecciones judiciales.
El caso llegó a las manos de la magistrada Janine Otálora Malassis, quien dio la razón al INE en un proyecto de resolución, Otálora retomó los criterios del organismo electoral y declaró infundados los agravios de los recurrentes.
Sin embargo, durante la sesión de hoy, los tres magistrados del bloque mayoritario tumbaron el proyecto de resolución, con el argumento de que, según la “literalidad”, no son equiparables las mesas de diálogo, los encuentros y los foros de debate.
“De ahí que no puedan utilizarse como sinónimos”, insistió el magistrado Felipe Fuentes Barrera.
Según el integrante de la Sala Superior, un foro de debate busca la “confrontación de las candidaturas”, mientras que las mesas de diálogo pretenden “generar acuerdos” con base en “la reflexión y la riqueza de opiniones”, y que los encuentros “permiten la interacción entre todos los asistentes y tienen una estructura más informal, más flexible”.
Otálora respondió a su colega que, en su opinión, no resulta lógico que “entre diversos cargos por un mismo cargo puedan llegar a un acuerdo” y defendió su proyecto, que finalmente fue desechado por el grupo de Mónica Soto.
Con información de proceso.com.mx