Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, criticó ayer a sus seguidores y los "estúpidos" republicanos, para defender la forma en la que su gobierno gestionó el caso del delincuente sexual Jeffrey Epstein.
Trump adoptó un tono más combativo con el fin de zanjar el tema después de pasarse días intentando enterrar una teoría de la conspiración con la que comulga parte de su base.
Epstein, un rico financiero y delincuente sexual convicto, se enfrentaba a cargos federales de tráfico sexual de menores cuando murió por suicidio en la cárcel en 2019. Se había declarado inocente y el caso fue desestimado después de su muerte.
Algunos de los seguidores más leales de Trump se enfurecieron cuando el Gobierno de Trump dio marcha atrás la semana pasada en su promesa de publicar documentos que había sugerido que contenían importantes revelaciones sobre Epstein y su supuesta clientela.
Ayer, el presidente comenzó diciendo: "mis antiguos seguidores han caído en estas pamplinas, de cabo a rabo", en un mensaje en su red Truth Social. Los llamó "debiluchos".
Más tarde disparó contra su propio partido.
"Todo ha sido una gran farsa montada por los demócratas. Y algunos republicanos estúpidos y tontos caen en la trampa y así intentan hacer el trabajo de los demócratas", dijo Trump a periodistas en el despacho oval.
Trump se enfrenta a divisiones en su base conservadora porque parte de ella considera que su administración encubre detalles escabrosos de los delitos de Epstein para proteger a millonarios y a las élites.
Despiden a fiscal
La extrema derecha está convencida de la existencia de una lista secreta con los nombres de los clientes de Epstein y creen que el financiero fue asesinado como parte de una conspiración.
Los partidarios de Trump esperaban que éste aclarara sus dudas tras ganar las elecciones pero en vez de ello les dijo que las teorías de la conspiración son falsas.
En un memorando el Departamento de Justicia y la policía federal (FBI) dicen carecer de pruebas sobre una "lista de clientes" o chantajes a personalidades poderosas.
Ayer, el Departamento de Justicia despidió a Maurene Comey, fiscal del caso Epstein e hija del exdirector del FBI, James Comey.
No se explicaron las razones de su despido.
El Departamento de Justicia concluyó la semana pasada que no había "ninguna lista incriminatoria de clientes" ni ninguna prueba de que Epstein pudiera haber chantajeado a personas prominentes.
Trump, que conoció socialmente a Epstein en la década de 1990 y principios de 2000, volvió a defender el miércoles el manejo del asunto por parte de la fiscal general Pam Bondi y dijo que ella podría divulgar cualquier documento creíble relacionado con el caso.
La misteriosa muerte de Epstein destapó todo tipo de teorías.
Con información de: El economista.