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De la cárcel a ser un reconocido artista: la vida del grafitero Cornbread

El artista estadunidense Cornbread, considerado precursor del grafiti contemporáneo, creó un movimiento artístico y un fenómeno global. “Pero hoy el grafiti ya no es ‘underground’; es un fenómeno mayoritario. Ahora está en los museos y en las galerías”, asegura en una entrevista.

Su rebeldía y resistencia a la autoridad, unida a la búsqueda de cierta fama y notoriedad, le llevaron a pintar su nombre por todas las paredes de Filadelfia, su ciudad natal, desde donde expandió este movimiento a Nueva York y después al resto del mundo.

En la conmemoración del 60 aniversario del nacimiento del grafiti contemporáneo, Darryl A. McCray, conocido internacionalmente como Cornbread, ha visitado Santiago de Compostela (noroeste de España) para participar en una conferencia y presentar su libro, ‘Cornbread The Legend - Graffiti in Philadelphia (1965-1971)’ (2024), con el que arranca una gira por Europa.

El libro reúne recortes de periódico, dibujos, fotografías y entrevistas que ayudan a comprender la influencia y el legado del estadounidense, no solo en el grafiti, también en otros movimientos urbanos como el hiphop.

“Cambié el curso histórico de mi generación. Creé un movimiento artístico y un fenómeno global. Soy el primer artista grafitero del mundo moderno”, dice Cornbread, que narra sus comienzos en Filadelfia y algunas de las anécdotas que le llevaron a adquirir fama mundial.Nació en 1953 y creció en el barrio de Brewerytown, en un ambiente problemático y con una infancia “nada fácil”.Con 12 años fue enviado a un centro de detención juvenil, donde entró en contacto con distintas bandas; allí surgió el apodo que lo inmortalizó y con el que firmó diferentes lugares, creando lo que hoy se conoce como grafiti.

Según explica, comenzaron a llamarle por ese curioso apodo por su insistencia en pedir pan de maíz en la cocina, ya que sentía nostalgia del que su abuela le preparaba cuando era niño.

Con ese nombre pintó primero su camiseta y luego las paredes, marcando sin saberlo un fenómeno que se expandió por donde pasaba.“Nadie podía pararme. Lo veía como una manera de expresarme. Escribir mi nombre era mi forma de rebeldía”, “descubrí que tenía un artista dentro de mí que quería expresarse” asegura el estadounidense.

Tras salir del correccional, comenzó a firmar por distintos sitios de la ciudad, algo “novedoso” en aquel momento.El artista reconoce que lo que buscaba era “ser reconocido, dejar huella” y “salir en los periódicos”.En 1971, relata, un periódico local anunció su muerte, al confundirle con Corelius Hosey, un muchacho que fue asesinado en una disputa entre bandas. McCray intentó subsanar el error sin resultados y decidió responder colándose en un zoo y pintando con su aerosol ‘Cornbread lives’ sobre un elefante, algo que aupó su popularidad.

Aunque reconoce que en un primer momento lo que hacía se consideraba vandalismo, él siempre rechazó esa idea y afirma que el grafiti es un arte incomprendido.

El grafitero dejó su marca en paredes, coches, trenes de carga e, incluso, llegó a estampar su firma en un avión privado de los Jackson 5.“Me convertí en el principal artista y pionero de grafiti del mundo gracias a esta notoriedad”, rememora McCray, que defiende que el movimiento nació primero en Filadelfia y no en Nueva York como muchos piensan.

La Gran Manzana fue quitando protagonismo a Filadelfia como epicentro de la cultura hiphop y en la década de los 80 del siglo pasado McCray regresó a su ciudad natal para ayudar a combatir el vandalismo.

Ingresó en la Anti-Graffiti Network, que más tarde se convertiría en el Mural Arts Program, el mayor proyecto de arte urbano de Estados Unidos.Aunque opina que ahora el arte urbano se ha vuelto ‘mainstream’, asegura que es un arte que “nunca va a parar”. Sobre quién va a ocupar su lugar, Cornbread señala a artistas como Banksy, el futuro del grafiti moderno.

Con información de Crónica.

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Avanza el gusano barrenador del ganado

De llamar la atención el primer caso de gusano barrenador del ganado en humanos. Este fue detectado en una mujer, mayor de edad, residente el municipio de Acacoyagua, en el estado de Chiapas.

Luego que fuera alertada la presencia de ganado del gusano barrenador del ganado, el pasado 21 de noviembre de 2024, en un lote de ganado introducido de contrabando; ahora, se conoce la primera afectación a una persona, por parte de esta mosca que deposita sus huevecillos en heridas y cuyas posteriores larvas devoran el tejido vivo.

Incluso, hay información que habla de que habría hasta ocho personas afectadas por esta plaga, en siete estados de nuestro país, así que lo anterior pone en evidencia, la gravedad de su presencia , luego de que fue introducida desde Guatemala, por la falta de controles sanitarios y legales adecuados en la frontera Sur de nuestro país.

También, lo anterior muestra que la plaga se está expandiendo, pese a la campaña en su contra con mosca esterilizada, lo que al parecer no es suficiente dada su presencia en varias entidades del país como son Chiapas, Tabasco y Campeche, en donde ya se han tenido reportes de casos.

Hay quienes dicen que, si esto sucede ya con humanos, habrá que imaginar lo que ocurre, por ejemplo, con la fauna, que no está exenta del ataque de esta plaga, especies a las que no hay manera de atender como es el caso del ganado u otros animales domésticos.

Así, esta plaga se está expandiendo y que,  pese a no estar presente en el norte del país, ya causó grandes pérdidas económicas a los ganaderos exportadores de becerro en pie, como es Chihuahua, que por la detección de esta mosca en Chiapas, Estados Unidos cerró su frontera a la comercialización de ganado por casi tres meses. Comentan que, urgen mayores medidas de control, como puede ser entre otras, el cierre de la frontera Sur, algo que han pedido de manera insistente los productores pecuarios.

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