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La gran derrota de migrantes y refugiados

La frontera de Estados Unidos con México prácticamente se ha vaciado de solicitantes de refugio o de migrantes intentando un cruce irregular. En pocos meses el cambio ha sido dramático, extremo.

Sucedía lo contrario a finales de 2023, en diciembre: la mayor movilidad humana de la historia, con más de 300 mil “encuentros” con extranjeros, como les denomina la autoridad migratoria del país vecino. En contraste, en febrero de 2025 la cifra apenas superó los 11 mil eventos, la menor cantidad de todos los tiempos.

El giro es apabullante. Nadie más puede cruzar la frontera y casi nadie siquiera lo intenta. Una gran derrota convertida en inmensa anulación de derechos de las personas, especialmente de aquellas con perfil de refugio que son la mayoría.

El nuevo gobierno de Trump ha implementado radicales medidas de política pública explícitamente dirigidas contra migrantes y refugiados. Muchísimas iniciativas paralelas, como si quisiera asegurar no dejar algún hilo suelto. Su conocido discurso xenófobo y racista –que ya era extremo y carente de pudor– son ahora acciones que de manera contundente cerraron la frontera, jurídica y materialmente, para migrantes y solicitantes de asilo.

Por cierto, con dos excepciones que retratan los cuestionables valores del gobierno de Trump: personas ricas que compren una visa por cinco millones de dólares; o bien personas blancas de Sudáfrica, a las que extiende bienvenida.

Para todos los demás quedó suspendida la posibilidad de solicitar asilo en Estados Unidos, en la frontera o en cualquier otro lugar. Se canceló la opción humanitaria del gobierno de Biden mediante la aplicación CBP One, y ahora Trump amenaza con deportar a sus beneficiarios. Ha decretado una emergencia de seguridad fronteriza que define a los migrantes como invasores y amenaza a la seguridad nacional, lo que anula sus derechos y les define prácticamente como enemigos.

Como consecuencia, ha militarizado la frontera y extendido los muros y barreras: son alrededor de 10 mil elementos del Ejército y Marina de Estados Unidos posicionados en el límite con México, con equipamiento sofisticado de vigilancia y control.

Además se encuentran 10 mil elementos del Ejército mexicano, de la Guardia Nacional, también haciendo tareas de control y disuasión en la línea fronteriza (le llaman “cooperación” a este arreglo que nunca antes México había realizado).  Bajo esas condiciones, es evidente que la frontera está cerrada de uno y otro lado, con un propósito esencial: detener la movilidad humana. Lo han logrado.

Militarización de la frontera norte de México. Foto: Carlos Sánchez/ Cuartoscuro

Más todavía, miles de personas que estaban en tránsito por territorio mexicano iniciaron la ruta inversa o intentan nuevos destinos. Otros tantos permanecen en México, en su amplia mayoría en condición irregular, sujetos al hostigamiento del Instituto Nacional de Migración o de la Guardia Nacional.

Lamentablemente el gobierno mexicano no ha impulsado medidas efectivas para su protección e inclusión, así fueran temporales, necesarias especialmente en esta coyuntura. Lo más probable es que terminen siendo conducidos a la frontera con Guatemala –como es la práctica masiva en estos tiempos– sin alternativas en nuestro país. Por una u otra vía el éxodo al sur es implementado, con pocas preguntas sobre los derechos de las personas o su futuro.

Los migrantes y refugiados mexicanos también son parte de la gran derrota. A partir de 2021, durante el periodo de los mayores flujos humanos arribando a la frontera de Estados Unidos, nos convertimos en la nacionalidad más numerosa, con un tercio del total. Al día de hoy, en la pequeñísima escala de los “encuentros” fronterizos, somos 62% (algo más de siete mil casos), considerando la estadística de febrero de 2025. Durante el mismo mes la cantidad de personas de otras nacionalidades es casi simbólica: 10 haitianas, 111 cubanas, 138 venezolanas y así por el estilo.  

El enorme flujo humano de hace unos meses ha desaparecido de estas latitudes, pero debe quedar claro que no se esfumaron los factores que impulsaron su movilidad. Las pesadillas persisten en los espacios de origen, incluyendo el caso mexicano evidentemente.

Las violencias, crimen, exclusiones políticas, crisis ambientales o imposibilidad de ingresos son condiciones que no se corrigieron con el cierre de la frontera de Estados Unidos. La pregunta ahora es cómo serán las nuevas rutas y los posibles destinos alternativos.

En México seguramente las mayores regiones metropolitanas serán espacio, no simple, para mexicanos y para aquellos extranjeros que no encontraron otro camino. Ambas poblaciones necesitan a un gobierno de México racional y protector de derechos, ojalá, pues las señales son hoy contrarias.

Otra parte de la gran derrota transcurre al interior de Estados Unidos. La reiterada amenaza de deportaciones masivas, el intento de abolir la nacionalidad por nacer en el territorio de ese país, la hostilidad y rechazo de acceso a servicios públicos, las leyes que criminalizan la presencia irregular, las ideologías y el explícito discurso gubernamental cargado de xenofobia y desprecio, en conjunto, han convertido la vida de millones de personas en miedo y trauma cotidianos.

Por lo pronto, las deportaciones masivas están lejos de ese horizonte, pero no dejan de generar un profundo daño humano, especialmente porque están concentradas en personas que tienen largo tiempo viviendo en Estados Unidos. Destrozan vidas, familias, comunidades, economías.

Por otra parte, la gran derrota aquí aludida no es solamente para la cuestión migratoria. Las políticas de Trump amenazan también derechos fundamentales en Estados Unidos, relativos a diversidades raciales, de género, de mujeres y laborales de empleados gubernamentales, entre otros.

Trump. Amenaza a los derechos fundamentales en EU. Foto: X / @WhiteHouse

La amenaza se extiende además sobre el equilibrio entre los poderes del Estado, conforme a una ruta autoritaria que desafía la vigencia del Estado de derecho. Por si algo faltara, su sombra se extiende sobre el mundo como es evidente en las conflictivas relaciones con Canadá, con México y con la Unión Europea, paralelas al terso acercamiento con Rusia.

Al final, como intenta sugerirse, el ataque del gobierno de Trump contra la cuestión migratoria y de refugio es un componente, fundamental, pero inserto en un conjunto mayor de giros de enorme relevancia para Estados Unidos y para el mundo.

El impacto abarca la estructura y dinámica social de ese país, sus reglas políticas, la estructura del Estado, la estructura económica y las relaciones con el mundo, literalmente. Con tantos impulsos de cambio, simultáneos y de escala inmensa, algo o mucho puede romperse. La realidad no es materia que pueda inventarse, ni es susceptible de una forma nueva de un día para otro. Vale decir, las cosas no saldrán como quisieran Trump y socios, aunque muchos daños provocarán en el camino.

Tomado de proceso.com.mx

*Profesor del PUED / UNAM y excomisionado del INM

 

Tips al momento

Avanza el gusano barrenador del ganado

De llamar la atención el primer caso de gusano barrenador del ganado en humanos. Este fue detectado en una mujer, mayor de edad, residente el municipio de Acacoyagua, en el estado de Chiapas.

Luego que fuera alertada la presencia de ganado del gusano barrenador del ganado, el pasado 21 de noviembre de 2024, en un lote de ganado introducido de contrabando; ahora, se conoce la primera afectación a una persona, por parte de esta mosca que deposita sus huevecillos en heridas y cuyas posteriores larvas devoran el tejido vivo.

Incluso, hay información que habla de que habría hasta ocho personas afectadas por esta plaga, en siete estados de nuestro país, así que lo anterior pone en evidencia, la gravedad de su presencia , luego de que fue introducida desde Guatemala, por la falta de controles sanitarios y legales adecuados en la frontera Sur de nuestro país.

También, lo anterior muestra que la plaga se está expandiendo, pese a la campaña en su contra con mosca esterilizada, lo que al parecer no es suficiente dada su presencia en varias entidades del país como son Chiapas, Tabasco y Campeche, en donde ya se han tenido reportes de casos.

Hay quienes dicen que, si esto sucede ya con humanos, habrá que imaginar lo que ocurre, por ejemplo, con la fauna, que no está exenta del ataque de esta plaga, especies a las que no hay manera de atender como es el caso del ganado u otros animales domésticos.

Así, esta plaga se está expandiendo y que,  pese a no estar presente en el norte del país, ya causó grandes pérdidas económicas a los ganaderos exportadores de becerro en pie, como es Chihuahua, que por la detección de esta mosca en Chiapas, Estados Unidos cerró su frontera a la comercialización de ganado por casi tres meses. Comentan que, urgen mayores medidas de control, como puede ser entre otras, el cierre de la frontera Sur, algo que han pedido de manera insistente los productores pecuarios.

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