Con muchísima frecuencia leo y escucho comentarios que para descalificar a Eduardo Verástegui lo etiquetan peyorativamente de ser de extrema derecha, como si se identificara y tuviera compromisos ideológicos y de orden práctico con los dueños de los grandes capitales que someten a las clases trabajadoras a la explotación abusiva. Se les olvida que la Iglesia Católica, esa a la que dicen pertenecer (tangencialmente, tocándola sólo en un miserable punto, para no aparecer como paganos idólatras del poder, los cuates y las cuotas) está muy lejos de esas suposiciones. Simplemente lean más adelante un panorama sintético de la Doctrina Social de la Iglesia.
Eduardo Verástegui es católico practicante en el culto y especialmente en su forma de vida, lo muestran sus acuerdos internacionales suscritos con diversos paises para erradicar el flagelo del secuestro y explotación sexual de niños, sus películas y sus acciones a favor de la vida y la familia. Sin embargo, para aclarar el punto, la guía de acción que sigue y seguirá Eduardo Verástegui cuando llegue a la Presidencia de México se ajustará a las siguientes directrices y corresponde a mis amables lectores contestar si se trata de una persona inconveniente, con la burda etiqueta de ser de extrema derecha y para los amantes de la izquierda, les recuerdo el fracaso innegable de los gobiernos que siguiendo esas ideologías han llevado a sus pueblos a la pobreza y al sometimiento.
La doctrina social de la Iglesia Católica (DSI) es un conjunto de principios, enseñanzas y orientaciones sobre la vida social, económica y política, con el fin de construir una sociedad más justa y humana. La DSI tiene como fundamento la dignidad de la persona humana y busca la promoción del bien común a través de la justicia, la solidaridad y la subsidiariedad.
Principales elementos de la DSI:
Dignidad de la persona:
La DSI afirma que cada persona es creada a imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto, posee una dignidad inherente e inalienable.
Bien común:
Es el conjunto de condiciones que permiten a cada persona y a la comunidad alcanzar su perfección, y se compone de la paz, el respeto de los derechos y la justicia.
Solidaridad:
La DSI enfatiza la necesidad de la colaboración y la ayuda mutua entre las personas para construir una sociedad más justa y fraterna.
Subsidiariedad:
La Iglesia reconoce la importancia de la responsabilidad de las personas y las comunidades más pequeñas en la solución de los problemas sociales, pero también la necesidad de la intervención de las instancias superiores cuando sea necesario.
Destino universal de los bienes:
La Iglesia enseña que los bienes de la tierra están destinados a todos los hombres y mujeres, y que la propiedad privada debe ser utilizada con responsabilidad y justicia, buscando siempre el bien común.
Opción preferencial por los pobres:
La DSI llama a la Iglesia y a los cristianos a dar prioridad a los más necesitados y marginados, y a defender sus derechos.
Aplicación de la DSI:
La DSI busca iluminar y orientar la vida social y económica, a través de la promoción de la justicia, la defensa de los derechos humanos, el respeto por la dignidad de la persona y la búsqueda del bien común. La DSI también busca promover la participación de los ciudadanos en la vida política y social, y la defensa de los derechos de los trabajadores.
En resumen, la DSI es una herramienta para la construcción de una sociedad más justa y humana, que se basa en la dignidad de la persona, el bien común, la solidaridad y la subsidiariedad, y que busca la promoción de la justicia social y la defensa de los derechos humanos.
El ruido del León (XIV) (tomado de mi correo electrónico). Comentarios para dar sentido ético a la gobernanza.
Superar la polarización global: El Papa destaca la necesidad de reconstruir la gobernanza global desde principios éticos, no desde ideologías o polarizaciones políticas.
Doctrina social de la Iglesia como puente: No como ideología rígida, sino como ciencia viva que busca el bien común mediante diálogo, discernimiento y compromiso.
Distinción entre doctrina y adoctrinamiento: La doctrina impulsa el pensamiento crítico; el adoctrinamiento lo suprime.
Escuchar las periferias: Los pobres y marginados no solo deben ser destinatarios, sino portadores activos de la doctrina social. Los
Fomentar pensamiento crítico en la era digital: La Iglesia debe contrarrestar las noticias falsas y voces estridentes promoviendo reflexión y diálogo sereno.
Vigencia de la enseñanza conciliar: La Iglesia debe interpretar los signos de los tiempos y responder a las inquietudes existenciales de la humanidad contemporánea.
Llamado a la participación activa: Se anima a todos los fieles a contribuir con creatividad a la evolución y aplicación de la doctrina social.
Citas textuales destacadas
"Ayudémonos unos a otros […] a construir puentes a través del diálogo y el encuentro, uniéndonos como un solo pueblo.” (Cfr. León XIV, Discurso, Fundación Centessimus Anuus Pro Pontifice, 17 de mayo de 2025)
“La doctrina no pretende tener el monopolio de la verdad […] sino ser una búsqueda común, colectiva e incluso multidisciplinar de la verdad.” (Cfr. León XIV, Discurso, Fundación Centessimus Anuus Pro Pontifice, 17 de mayo de 2025)
“El ‘adoctrinamiento’ es inmoral. Ahoga el juicio crítico y socava la libertad sagrada del respeto a la conciencia.” (Cfr. León XIV, Discurso, Fundación Centessimus Anuus Pro Pontifice, 17 de mayo de 2025)
“Hay muy poco diálogo a nuestro alrededor; a menudo lo sustituye el grito.” (Cfr. León XIV, Discurso, Fundación Centessimus Anuus Pro Pontifice, 17 de mayo de 2025)
“Los pobres […] son un tesoro para la Iglesia y para la humanidad.” (Cfr. León XIV, Discurso, Fundación Centessimus Anuus Pro Pontifice, 17 de mayo de 2025)
“Existe una sed generalizada de justicia […] un profundo anhelo de espiritualidad, especialmente entre los jóvenes y los marginados.” (Cfr. León XIV, Discurso, Fundación Centessimus Anuus Pro Pontifice, 17 de mayo de 2025)
Comentario
En una época marcada por lo que el propio Papa Francisco llamó una “policrisis” —una convergencia de guerras, desigualdades, crisis climática, desinformación y fragmentación social—, León XIV insiste en que el papel de la Iglesia no es ofrecer respuestas simplistas, sino acompañar con discernimiento ético y pensamiento crítico.
Implicaciones eclesiales: una Iglesia que escucha, reflexiona y propone
El Papa sitúa la doctrina social como una herramienta viva de discernimiento y no como un dogma inamovible. Al hacerlo, revitaliza una noción del magisterio no como imposición autoritaria, sino como guía razonada y dialogante. Esta visión renueva el papel de la Iglesia en el ámbito público: no se trata de tener “el monopolio de la verdad”, sino de aportar una voz creíble, informada y profundamente humana, capaz de dialogar con la ciencia, la política, la economía y la cultura contemporánea.
Al desvincular la palabra “doctrina” del concepto negativo de “adoctrinamiento”, León XIV se distancia de posturas rígidas y autorreferenciales que han dañado la credibilidad eclesial en algunos contextos. Propone una Iglesia formadora de pensamiento crítico, que no teme al debate ni a las nuevas ideas, porque su confianza no está en el poder, sino en la verdad discernida comunitariamente a la luz del Evangelio."
Implicaciones sociales:
justicia desde la periferia.
"Uno de los núcleos más potentes del discurso es el llamado a escucha unr la voz de los pobres, no solo como destinatarios pasivos de doctrina, sino como actores y portadores activos del pensamiento social cristiano. Esta afirmación, en línea con la “Iglesia en salida” del Papa Francisco, reubica las periferias como fuentes de sabiduría práctica, experiencia concreta y visión ética. El Papa no solo aboga por incluir a los excluidos, sino por transformar la dirección del flujo del pensamiento: del centro al margen, y del margen al centro.
Esto tiene profundas implicaciones para la teología social, la formación pastoral y la praxis evangelizadora, pues demanda estructuras eclesiales más abiertas, horizontales y receptivas, capaces de reconocer que la fe vivida en contextos de precariedad y lucha es también generadora de luz doctrinal.
Implicaciones culturales: frente al ruido, la razón
En un mundo saturado de ruido, noticias falsas y polarización emocional, León XIV advierte sobre la desaparición del diálogo genuino, incluso dentro de la Iglesia. Su llamado a formar en pensamiento crítico —también dentro de los espacios eclesiales— es una alerta sobre los peligros de las cámaras de eco, la manipulación ideológica y la superficialidad argumentativa. Reivindicar la serenidad, el rigor y la reflexión como valores doctrinales es un acto contracultural, profundamente evangélico.
Una Iglesia que interpreta los signos de los tiempos
Finalmente, el Papa retoma Gaudium et Spes para recordar que la Iglesia debe leer los signos de los tiempos y ofrecer respuestas significativas a las preguntas esenciales de la humanidad. Al insistir en que cada generación debe afrontar problemas nuevos con creatividad ética, León XIV invita a un desarrollo continuo de la doctrina social. No como acumulación de documentos, sino como proceso vivo, comunitario y espiritual.
Este discurso muestra una continuidad de lo que ha expresado previamente en una etapa muy temprana de su pontificado donde busca mantener una Iglesia fiel a su misión de anunciar el Evangelio, pero con las herramientas intelectuales, éticas y pastorales necesarias para responder con profundidad a los desafíos del siglo XXI. En un contexto global en crisis, no propone volver a fórmulas cerradas, sino abrir espacios de diálogo, formación crítica y acción transformadora desde la fe.
Poder Ciudadano Mandante
Jorge Luis Vargas Romero
Consejero General Nacional