La Secretaría de Obras Públicas del Ayuntamiento de Chilpancingo, Guerrero, denunció que un grupo criminal ha intentado extorsionar al titular del área, Juan Antonio Luquin Mendoza, por un monto de 33 millones de pesos.
A través de un comunicado, la dependencia explicó que en diferentes puntos de la ciudad han aparecido mantas en las que se acusa al funcionario de tener vínculos con el grupo criminal conocido como Los Ardillos, además de beneficiar a ciertas empresas con contratos.
“Desmentimos categóricamente todas las acusaciones infundadas de corrupción, favoritismo o relación con grupos delictivos vertidas en las lonas. Reafirmamos que la gestión de obra pública se realiza con total transparencia y apego a la ley. Como prueba de ello, destacamos que una reciente auditoría integral realizada por el Gobierno del Estado concluyó sin encontrar ninguna irregularidad en la Secretaría de Obras Públicas, lo que valida la probidad de nuestra administración”.
Autoridades rechazaron los señalamientos y acusaron que se trata de una campaña de difamación cuya intención es extorsionar al funcionario, pues además de las lonas ha recibido llamadas donde se le ha exigido un monto de 33 millones de pesos.
Destacaron que grupos criminales buscan cooptar las funciones del Ayuntamiento y utilizarlo para ampliar el cobro de piso que ya afecta a la población. El comunicado menciona también que ni la Secretaría ni el afectado cederán ante la extorsión.
“No pagaremos a la delincuencia. La ilegalidad no tiene cabida en nuestra administración, y seremos un muro de contención inquebrantable contra quienes intenten extorsionar a los ciudadanos de Chilpancingo, o quieran usar al gobierno municipal para sus fines ilícitos”.
Ante los hechos, la dependencia destacó los dichos de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien en su conferencia matutina reconoció la urgencia de combatir la extorsión porque no ha disminuido a nivel nacional.
La Secretaría de Obras de Chilpancingo agregó que ya presentó las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General de la República (FGR) y aseguraron que colarorarán con las investigaciones.
También hicieron un llamado al Gobierno Federal y al Gobierno del Estado de Guerrero, así como a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, para que refuercen las acciones de seguridad en Chilpancingo.
El día que lo asesinaron, el alcalde de Chilpancingo Alejandro Arcos Catalán (43 años) confió a las 11 personas que lo acompañaban que “tenía que ir a atender un tema, solo”. Eso ocurrió en el entronque de Tepechicotlán, a las doce del día, el 6 de octubre del 2024, apenas seis días después de rendir protesta como primera autoridad municipal.
Cuatro horas y media después, su cabeza decapitada apareció en el toldo de la camioneta Robust, Volkswagen, en la que se fue rumbo a Mochitlán, un municipio en el que la gente sabe y lo dice de forma coloquial que se está en terreno ardillo, es decir, en una porción de territorio guerrerense controlado de forma férrea por el crimen organizado conocido como Los Ardillos, compuesto por grupos políticos, económicos, agentes estatales y criminales.
Desde su llegada al cargo, el alcalde enfrentaba una advertencia debido al asesinato de quien sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez. Esta advertencia se materializó en tragedia cuando, apenas tres días después de asumir el cargo, fue asesinado Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, nombrado secretario general del Ayuntamiento. Ante esta situación, el alcalde solicitó apoyo al gobierno del estado para garantizar su seguridad. Sin embargo, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda nunca respondió a sus llamadas.
Tampoco confiaba en los policías municipales a cargo de Germán Reyes Reyes, a quien nombró encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública, y a quien detuvieron el 12 de noviembre, acusado como autor intelectual de su crimen. El primer día de estar en funciones, sus escoltas lo dejaron andar solo en territorio ardillo, donde ocurrió su muerte.
El móvil que sostiene la FGE es por la negativa de Alejandro Arcos en nombrar incondicionales de Los Ardillos en su gabinete, pero hay quienes sostienen, dentro de lo que fue su equipo, que espacios de la administración debieron otorgarse solo con la anuencia del grupo del crimen organizado, lo que expone dos posibles escenarios: acuerdos o imposiciones.
La investigación oficial expone un único autor intelectual del asesinato de Arcos Catalán relacionado con Los Ardillos, se trata de a Germán “N” encargado del despacho de seguridad pública en Chilpancingo, Guerrero, aun cuando la jueza del caso refutó que la FGE no presentó elementos contundentes para comprobar esa relación.
En la audiencia inicial de formulación de imputación de Germán Reyes, la FGE reveló que Alejandro fue asesinado por oponerse a nombrar a más personas de Los Ardillos en su gabinete.
Con información de: Animal político.